Muchas décadas atrás, un gran hombre de la vida y del rugby, Francisco “Catamarca” Ocampo, entre otras cosas mentor de la llamada “posición de empuje” (“bajadita”) en el scrum, definió a este deporte como “una batalla entre caballeros”.

Y no otra cosa fue durante un gran pasaje del partido lo que se dio entre All Blacks y Pumas, y que se definió por 28 a 13 en favor de los locales neocelandeses.

“Gordos inútiles”, “forros”, “incompetentes” y demás peyorativizaciones mandaron los que no entienden nada de este juego en las redes sociales después del 13 a 73 frente a los Springboks en el partido que marcó para nuestra selección el comienzo del cuadrangular del hemisferio sur de este año. Nada por el estilo se dijo o escribió después de la injusta derrota de Los Pumas ante los sudafricanos en la revancha.

El partido de la madrugada del sábado estuvo lejos de ser atractivo. Porque jugaron los unos muy “encima” de los otros. De ambos lados. Y así ninguno pudo jugar demasiado, fuera de las luchas durísimas en las formaciones móviles. En gran medida lo de Francisco Ocampo. Tan violento como honesto.