El árbitro Saúl Laverni, quien dirigió el clásico de La Plata entre Estudiantes y Gimnasia, explicó ayer que expulsó al entrenador del equipo del bosque platense, Pedro Troglio, porque le gritó “ladrón”. Troglio admitió su error: “Me equivoqué al decirle ladrón. Me escracharon en todos lados y no dudo de su buena fe”.

Laverni fue cuestionado por el plantel de Gimnasia por haberle cobrado mano al defensor Facundo Oreja cuando la pelota le había dado en el hombro y expulsarlo del terreno de juego en consecuencia. De la jugada nació el empate de Estudiantes.

“Ellos (los árbitros) se pueden equivocar, a nosotros también nos pasa –se defendió Troglio–. Justo viene el gol, el empate y en un clásico la bronca se hace mayor.” El del domingo fue el primer clásico de La Plata en dos años, tras dos temporadas de Gimnasia en la B Nacional.