La interna de Racing cambia minuto a minuto. Pasado el mediodía, la versión que circulaba con fuerza era que el presidente Gastón Cogorno ya había negociado su renuncia a cambio de que le devolvieran el dinero que había prestado en el club. Sin embargo, por la tarde y a través de su cuenta de Twitter, el dirigente envió un mensaje en el que asegura que seguirá en su cargo porque el vicepresidente Rodolfo Molina no presentó su dimisión y aseguró que “de ninguna manera” piensa hacerlo.

Pasado el mediodía, la renuncia de Cogorno parecía un hecho. Por la mañana se había reunido con los referentes del plantel y, de acuerdo con lo que había trascendido, les había comunicado que iba a abandonar su cargo. Sin embargo, en su cuenta de Twitter anunció su continuidad, e incluso aseguró que hoy se firmará la renovación de Bruno Zuculini. “Esperé un acto de grandeza de Molina, que nunca llegó. Seguimos trabajando. Mañana cerramos la renovación de Bruno Zuculini”, escribió Cogorno.

Está claro que la situación política es muy inestable. A última hora del miércoles, Cogorno se reunió con el vicepresidente segundo, Víctor Blanco, a quien le dijo que evaluaba la posibilidad de renunciar. El supuesto acuerdo incluía la documentación del dinero que Cogorno invirtió en el club en el comienzo de su gestión, una suma cercana al millón de dólares. Ya por la mañana, el presidente concurrió al entrenamiento del equipo de Carlos Ischia para comunicarles que ya había tomado la decisión de dejar su cargo a Sebastián Saja, Fernando Ortiz y Agustín Pelletieri, tres de los principales referentes del plantel.

Pero por la tarde, las circunstancias variaron. Cogorno y su entorno evaluaron que su salida era servirle en bandeja la continuidad a Molina, que ya había asegurado que iba a permanecer en su cargo independientemente de lo que decidiera Cogorno. Entonces apareció el tweet del presidente, que sigue sin hablar con la prensa y eligió la red social para comunicar las novedades que van surgiendo y los pasos que planifica dar. De esta manera, el todavía presidente busca que el vice también sufra el desgaste ante los hinchas, que cada vez están más molestos con los manejos de ambos dirigentes.

En tanto, las paredes de la sede ubicada en la avenida Mitre fueron empapeladas durante la madrugada con afiches que tildan a Molina de “golpista”. Los carteles y afiches con los que cubrieron las paredes de la sede muestran una foto de la junta militar que encabezó el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, en la que realizaron un fotomontaje con la cara de Molina en lugar de la del genocida Jorge Rafael Videla.