Nelson Vivas dejó ayer de ser el técnico de Quilmes, luego del incidente mantenido con un hincha al término del partido con Atlético de Rafaela, el pasado viernes. Si bien no lo manifestó de manera pública, el deseo del entrenador era continuar en su cargo, pero los dirigentes cerveceros tenían otro pensamiento. Aunque todavía no hay definición en cuanto a su sucesor, los nombres que se barajan son los de Blas Giunta y Marcelo Pontiroli, que se hizo cargo de manera interina del equipo.

“No soy una persona violenta, pero entiendo que no es la imagen que debe dar un entrenador. El presidente me llamó a su despacho y ahí se terminó la historia”, afirmó Vivas, quien se reunió con Aníbal Fernández antes del mediodía. La imagen de Vivas quedó seriamente deteriorada el viernes último cuando, al término del empate con los santafesinos, le descargó una serie de golpes de puño a un plateísta que lo increpó durante el juego. Conocida la noticia de su alejamiento, el entrenador pasó a saludar a sus ya ex dirigidos, quienes no se concentraron para el partido ante Rafaela por deudas salariales.

Por su parte, Aníbal Fernández, presidente del club y senador nacional, fue duro con la agresión de Vivas a un simpatizante luego del cotejo. “Los profesionales como Vivas no pueden andar enojándose por esas cosas, él tiene que mostrar el temple y estar al frente de la situación. Lo que pasó fue una locura”, afirmó el titular quilmeño.

Con miras al partido del próximo lunes ante Estudiantes, la práctica de Quilmes estuvo dirigida por Marcelo Pontiroli. El ex arquero tomó el cargo de manera interina, aunque podría quedarse en el puesto, ya que los dirigentes están evaluando esa alternativa, al igual que la posible llegada de Giunta, para reemplazar a Vivas, que completó su breve ciclo con cuatro victorias, dos empates y seis derrotas.