DEPORTES › EL ATP DE BUENOS AIRES SE QUEDO SIN TENISTAS ARGENTINOS
Tras la caída en la madrugada de ayer de Charly Berlocq ante el holandés Haase en tres sets, por primera vez desde sus comienzos en 2001, el torneo de tenis porteño no tendrá representantes locales en los cuartos de final que se jugarán hoy.
› Por Facundo Martínez
“Todo concluye al fin, no es eterna la vida, todo tiene un final, todo termina” podrían cantar a coro los tenistas argentinos, que parecían destinados a continuar esa gran avanzada de los integrantes de la Legión Argentina. La derrota en la madrugada de ayer de Carlos Berlocq en la segunda ronda del ATP 250 de Buenos Aires en manos del holandés Robin Haase por 6-2, 6-7 (4) y 6-2 puso las flaquezas del tenis argentino al descubierto, y abruptamente en su lugar. La excepción es Juan Martín Del Potro, quien por estas horas brilla con luz propia en el ATP 500 de Ro-tterdam (ver aparte). Pero la realidad no se puede ocultar debajo de una alfombra. Por primera vez desde 2001, no habrá ningún tenista local en los cuartos de final.
La derrota de Berlocq se convirtió en una pésima noticia para los organizadores de la Copa Claro, que ya venían sufriendo el efecto negativo que produjo en el público habitual la baja por lesión del número uno del mundo, el español Rafael Nadal –ayer viajaba a Brasil, donde sí disputará el ATP 500 de Río de Janeiro–. A esta altura nadie duda por los pasillos del Buenos Aires Lawn Tennis de que la decepción por la ausencia del astro español fue inversamente proporcional a las expectativas que había generado su anunciada presencia. Prueba de ello es la estructura tubular montada sobre la platea sur del estadio Horacio Billoch Caride, con capacidad para 1500 espectadores, cuyo vacío absoluto no hizo más que remarcar la gran ausencia.
Para colmo de males, no quedan tenistas argentinos con vida en el torneo. Seis de los diez que participaron en el cuadro principal –Juan Mónaco, Federico Delbonis, Horacio Zeballos, Facundo Argüello, Martín Alund y Máximo González– fueron eliminados en primera ronda. Los otros tres –Berlocq, Leonardo Mayer y Guido Pella– cayeron en los octavos de final.
El problema que esta situación le causa al ATP de Buenos Aires no es del todo nuevo. De hecho, en la edición 2013, que ganó por segunda vez consecutiva el español David Ferrer, algo de esto se había preanunciado cuando también sorpresivamente sólo un tenista local entre diez había alcanzado los cuartos de final: Delbonis, eliminado en esa instancia como era previsible por el ex top ten español Nicolás Almagro.
En 2012, David Nalbandian alcanzó las semifinales, donde cayó ante Ferrer, vencedor en la final de Almagro, que venía de ganar la edición 2011 frente a Juan Ignacio Chela. Ese año, Nalbandian, Mónaco y José Acasuso se despidieron en cuartos. Juan Carlos Ferrero, otro español, se adjudicó el título en 2010 al batir a Ferrer. Ese año, Mónaco cayó en semifinales, mientras que Nalbandian y Zeballos lo hicieron en cuartos.
El año que marcó un quiebre para los tenistas locales fue 2009, cuando el español Tommy Robredo venció a Mónaco en una ajustada final. Nalbandian –el último campeón argentino– se fue en semifinales junto con Acasuso, mientras que Machi González llegó hasta los cuartos de final.De ahí para atrás los argentinos fueron protagonistas en prácticamente todos los torneos. Quizás el mejor fue precisamente el que ganó Nalbandian en 2008. El cordobés le ganó el título a Acasuso, y hasta semis había llegado, además, el Flaco Chela. En 2007 se impuso Mónaco. En 2006, con Nalbandian ausente por lesión, el que más lejos llegó fue Agustín Calleri, quien cayó en semifinales ante el italiano Filippo Volandri. Acasuso se quedó en cuartos.
En 2005 hubo final argentina: Gaudio, que venía de eliminar a un jovencito Nadal, por entonces 48 del mundo y que todavía no había ganado Roland Garros, en uno de los partidos de los más raros de este certamen por 0-6, 6-0 y 6-1, derrotó luego en el partido decisivo a Mariano Puerta. Un año antes el título se lo quedó Coria, que venía de perder la final del 2003 ante Moyá. Acasuso se metió en semifinales y Mónaco y Zabaleta se quedaron en cuartos. Calleri fue finalista en 2002, pero no pudo ante el chileno Nicolás Massú; Chela hizo semis, y Zabaleta, Franco Squillari y Nalbandian cayeron en cuartos. Mientras que, en la primera edición, en 2001, el ganador fue el brasileño Gustavo Kuerten, que con los puntos obtenidos en Buenos Aires se aseguró el número uno del ranking la semana siguiente. Derrotó al misionero Acasuso. En semis se había quedado Gaudio y en cuartos, Squillari, Coria y Willy Cañas.
Entonces era otra la realidad del tenis argentino. La Legión comenzaba a afianzarse en el plano internacional. El torneo de Buenos Aires había logrado concentrar toda la atención. Hoy es diferente. Frente al panorama actual del tenis nacional, lo de Nadal hubiera sido un giro importantísimo para el certamen porteño. No pudo ser, claro está, pero no porque Martín Jaite, el director de la Copa Claro, no lo haya intentado.
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