Con una profunda renovación técnica, la Fórmula 1 arranca su torneo 2014 este fin de semana en Melbourne, con el Grand Prix de Australia, y esos cambios han alterado por completo el panorama, al punto de que los grandes dominadores de la F-1 de los últimos años, Sebastian Vettel y RedBull, dejaron de ser ya los favoritos. Vettel es consciente de que 2014 puede ser diferente y de que sus capacidades como piloto se pondrán a prueba.

“Los últimos años estábamos muy acostumbrados al éxito”, admitió el tetracampeón mundial, que conducirá su auto ya esta misma noche, en los primeros entrenamientos del GP. “Las reglas son iguales para todos. Está claro que hasta ahora no tuvimos una preparación ideal, pero ahora empieza ya esto y está bien así también”, señala Vettel.

Los F-1 del 2014 serán esencialmente coches híbridos, equipados con motores turbocomprimidos (que no se usan en la categoría desde 1988) y con sistemas de recuperación de energía que les permitirán completar los 300 kilómetros de un Grand Prix con apenas 140 litros de combustible. “Está claro que actualmente es una fase difícil para todos los equipos, ya que hay que amoldarse a las nuevas reglas y entender los coches. Todo es tremendamente complejo. Al parecer, a nosotros nos cuesta un poco más, y está claro que es un momento duro. Por supuesto, los últimos años estábamos muy acostumbrados al éxito, pero al final la temporada ni siquiera ha empezado realmente. Nosotros nos alegramos de que empiece pronto para ver dónde estamos.”

Los RedBull están equipados con los motores Renault, más problemáticos en esta fase que los Mercedes o los Ferrari, sus competidores. Eso les quitó el rol de favoritos. “Los problemas del coche son conocidos dentro del equipo. Desde mi punto de vista es importante que dé información concreta sobre el comportamiento del auto, sobre los problemas, sobre las sensaciones que transmite el coche y el motor, para que todos los que trabajan lo entiendan un poco mejor y puedan solucionar más rápido los problemas. En el equipo todos están implicados y todos están dispuestos a dar lo mejor de sí mismos. Pienso que nadie necesita una patada en el culo.”

Vettel no está seguro de que éste sea el mayor desafío de su carrera en las F-1: “Hay que esperar a ver cómo discurre la temporada. El año es largo. Pienso que el reto de adaptarse a las nuevas circunstancias es para todos los equipos y pilotos igual de grande. Hasta el 23 de noviembre queda mucho y pueden pasar muchas cosas. Ahora sólo debemos pensar carrera a carrera. Como todo es nuevo, las expectativas están por consiguiente otra vez a cero y, a causa de las dificultades en los tests, las dos primeras carreras son para nosotros extremadamente importantes como indicador del camino para el resto de la temporada”. Mañana a la madrugada se disputará la clasificación y el domingo, muy temprano, será la carrera.