La Fórmula 1 de 2014 se ponía en marcha a la madrugada con los primeros entrenamientos válidos para la primera competencia de la temporada, el Grand Prix de Australia, en Melbourne, y los fanáticos de Ferrari, la escuadra con más adeptos en todo el mundo, se mantenían ignorantes sobre las reales posibilidades de la escuadra de Maranello, que no gana un título desde 2007, en este torneo en el que habrá radicales cambios técnicos. “Creo que es muy difícil decir qué tan competitivos somos ahora mismo”, afirmó ayer Fernando Alonso, uno de los dos pilotos del equipo rojo.

“Estamos trabajando y desarrollando el coche cada día. La situación es un poco desconocida para todos. Necesitamos unir todas las partes y maximizar lo que tenemos”, señaló el español, quien desde que llegó a Ferrari, en 2010, no pudo lograr el título.

Este año tendrá como compañero a otro ex campeón mundial, el finés Kimi Raikkonen, precisamente el último piloto en ganar un torneo para la escuadra. “Tuvimos pocos días de pruebas. En un mundo ideal, hubiésemos llegado a Australia con un montón de jornadas de entrenamiento, contando con más experiencia sobre las características del coche y sobre la estrategia de carrera”, explicó. “Pero el auto (nomenclado F14T) parece tener buen potencial”, aclaró.

“Dado el nuevo formato de la Fórmula 1, esta carrera supone un buen banco de pruebas, porque Albert Park es una pista muy exigente en lo que al consumo se refiere. El consumo siempre ha sido muy alto aquí, y poder ahorrar nafta supondrá todo un reto”, agregó Raikkonen.

Ferrari parece arrancar un escalón por debajo de los Mercedes, grandes favoritos. “¿Quién es el candidato? No tengo ni idea”, acotó Alonso. “No temo a nadie”, apuntó el finlandés.