Difícilmente haya habido semanas tan terribles en la historia del Barcelona: hacía once años que no perdía tres partidos seguidos, pero... ¡qué partidos! Contra el Atlético Madrid (0-1), se quedó afuera de la Champions League; contra el Granada (0-1), se despidió en la práctica de la Liga española; y ayer, ante el Real Madrid (1-2), perdió la final de la Copa del Rey. Con un Lionel Messi auténticamente descolorido, por primera vez desde la temporada 2007/2008 (cuando todavía lo dirigía Frank Rijkaard), el equipo catalán cerrará la temporada sin sumar un solo título, lo que, dada su historia reciente, resulta una verdadera catástrofe.

En la cancha fue mucho más Angel Di María, que conquistó el primer gol del Real Madrid en el minuto 11, con un disparo cruzado y la complicidad del arquero Pinto, que Messi, quien ofreció la misma imagen de los últimos partidos, poco involucrado con el juego de su equipo, más bien intrascendente. Tuvo que ser el galés Gareth Bale, el pase más caro de la historia del fútbol (el Madrid pagó más de 90 millones por su ficha) el que recordara la calidad del argentino marcando un golazo al estilo Messi, pura velocidad, dejando en el camino a Marc Bartra (que había señalado el transitorio empate a los 68 m, con un cabezazo, un gol impensado en el pasado reciente de los azulgranas) y pasando la pelota por entre las piernas de Pinto. Quedaban cinco minutos para el final del partido.

“Yo estoy mal, porque no encuentro muchas formas de tener una derrota más dolorosa, pero mi futuro no depende de este resultado”, aseguró Gerardo Martino, el entrenador del Barça. “Siento un profundo dolor por la derrota y por la gente que nos apoya. Este equipo tiene mucho camino por recorrer y muchas cosas positivas por hacer”, insistió el rosarino sin hacerse eco de las versiones que arrecian sobre el fin de un ciclo. “Pagamos muy caro dos contras. Bale tiene mucha potencia y frialdad para definir. Lo ha hecho muy bien”. Neymar, una contratación casi tan cara como el galés, estrelló una pelota en el palo en tiempo de descuento. Pudo haber sido el empate. “También hay que tener suerte de vez en cuando”, dijo el capitán y arquero del Real Madrid, Iker Casillas, que no pudo contener el remate del brasileño.

Martino eligió no hacer referencias individuales cuando fue preguntado por el rendimiento de Messi. “Me quedo con la intención, con el fútbol y con el control, aunque nos faltó profundidad”, apuntó.

“La jugada del partido fue la de Bale, que nos da una idea de la categoría de futbolista que es –lo elogió un goleador histórico del Real Madrid, Emilio Butragueño–. Jugadores de este nivel tienen que aparecer en estos partidos.” Entre Bale y Di María disimularon la ausencia del lesionado Cristiano Ronaldo, aunque por cierto el equipo de Carlo Ancelotti fue más conservador de lo que suele ser con el portugués en la cancha.

“Ganamos sufriendo, pero fue merecido”, reconoció el técnico italiano. “Bale hizo el gol más importante en un momento determinante del partido.” Por su parte, Cristiano Ronaldo se declaró “orgulloso de este equipo. Un título es genial, pero ganarle al Barcelona es todavía más importante”.