Con Omar De Felippe hicimos las divisiones inferiores de Huracán jugando él de cinco y yo de ocho, uno siempre al lado del otro. Era el que más se sacrificaba del equipo para recuperar la pelota que entregaba limpita a sus compañeros para que comenzáramos el avance hacia el arco rival. Soñábamos con jugar en la Primera hasta que la nefasta guerra inventada por la dictadura postergó su sueño y destruyó el de muchos otros.

Recuerdo la angustia, el dolor y la tristeza con los que uno vivía ese tiempo. Hoy son otros tiempos donde a los causantes de tantas muertes, ya sean por la guerra de Malvinas o el terrorismo de Estado se los juzga y cumplen sus condenas.

Cuando lo veo a Omar en la cancha o caminando por la vida me da la sensación de que siempre habrá personas que, con su ejemplo, hacen que la historia digna de este país esté presente.

* Ex futbolista, responsable del Observatorio Nacional del Deporte y Actividad Física.