Pelé se mostró de acuerdo con las demandas sociales en su país, pero también advirtió desde México que, si las protestas continúan, afectarán a la Copa del Mundo y podrían ahuyentar a extranjeros que tenían previsto asistir. “Yo creo que si siguen (las manifestaciones), sin duda ninguna” habrá afectaciones, dijo el astro brasileño al ser preguntado sobre posibles problemas o incluso una paralización del Mundial a causa de las protestas que se han reavivado las últimas semanas en ciudades de Brasil.

“Ya tenemos conocimiento de que un 25 por ciento de los extranjeros que iban para Brasil están preocupados por el movimiento y me parece que ya cancelaron”, dijo en México Pelé, embajador de Brasil para la Copa del Mundo. “Esta es una gran pérdida para el país”, recalcó.

A escasos 24 días de la inauguración del Mundial, Brasil vive una lluvia de protestas en demanda de mejoras sociales que el gobierno espera que disminuyan conforme se acerca la fecha, aunque ya prepara a las fuerzas del orden para resguardar el evento.

Algunas de esas protestas han derivado en violencia y destrozos, aunque por el momento están teniendo una menor participación que la del millón de personas que llegaron a salir a las calles en junio de 2013, durante la Copa Confederaciones pidiendo mejoras en salud, educación y transporte.

Pelé, de 73 años, coincidió en que “Brasil necesita” más escuelas y hospitales, pero reiteró que está “muy sentido” de que el fútbol y la selección brasileña estén pagando por “la corrupción y la política”.

“Nosotros no tenemos nada que ver con los políticos corruptos, con los ladrones. No tenemos la culpa”, se lamentó el tres veces campeón del mundo (1958, 1962 y 1970), que consideró como una “cosa muy muy burra” que los manifestantes quemen y dañen mobiliario urbano.