El campeón argentino se dio el gusto en México. Tras un partido deslucido, River le ganó 4-2 por penales a Boca luego de igualar 1-1, con lo que prolongó su racha de festejos, aun sin Ramón Díaz en el banco. Cristian Ledesma, en su despedida, marcó el penal decisivo.

Los primeros minutos mostraron de qué se trataba el partido: un picado para juntar plata, ante una escasa concurrencia. River impresionó mejor por su mejor toque de pelota y una chance clara de Simeone. Pero de a poco, Boca fue emparejando, aunque sin que el trámite dejara de ser un partidito. En ese contexto, el conjunto de Bianchi tuvo dos buenas ocasiones, pero Barovero tapó los remates de Sánchez Miño y Cubas.

Pero en el mejor momento de Boca, River pegó con una excelente pelota de Lanzini para Villalva, que definió de manera defectuosa, pero se encontró con la nula oposición de Trípodi para marcar el empate. Y si le faltaba seriedad al juego, el árbitro Pérez Durán se encargó de quitársela toda. Vangioni se tiró en el área y el juez marcó el penal. Pero ante la protesta de los jugadores de Boca, se rectificó y amonestó al lateral.

Boca mejoró en la segunda parte y tuvo sus chances, pero el travesaño se lo negó a Riaño y luego a Acosta –tras manotazo de Barovero–. Pero siguió insistiendo y tuvo su premio cuando Riaño conectó de primera un centro bajo de Zárate. Así llegaron a los penales, donde el festejo fue otra vez de River.