Dos jóvenes que integran organizaciones socialistas de Suecia vinieron a la Argentina a intercambiar experiencias con Socorristas en Red, un grupo de colectivos que acompañan en distintas provincias a las mujeres que quieren abortar. La vulneración de derechos reproductivos en nuestro país y la conquista siempre amenazada en Europa de acceder al aborto legal fueron temas recurrentes entre feministas de distintos géneros.
En China, un grupo de mujeres fue arrestado por cometer un “horrible crimen”: escribir slash fanfiction. La comunidad fandom internacional, lógicamente horrorizada. ¿De qué se trata?
En una época en que el rock en todas sus variantes ya tenía bien formada su ortodoxia y esa ortodoxia era heterosexual y masculina, una banda de chicas punk de ideas fuertes, líricas como trompadas e imagen explosiva creaban música, fanzines y películas mientras vivían en comunidad en una casa semiderruida y fundaban con una palabra –queercore– un movimiento que desde los tempranos ’80 sigue inspirando a la rabia joven y feminista del mundo. Ellas son Fith Column, su líder es la enigmática artista multimediática G. B. Jones y su historia se puede revisar en un documental que rescata tanto las voces actuales de las protagonistas como el material en Súper 8 que ellas mismas producían en su momento. Poco más de una hora de inspiración para quienes tienen en la garganta el grito de guerra antinormativo en medio de la programación de Asterisco, Festival de Cine LGBTIQ que promueve la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.
Tres films representativos de la filmografía sueca actual podrán verse en el ciclo “Cine de mujeres de Suecia”.
Seis obras cortas invitan al público a ser protagonista,
testigo y, por qué no, espía.
Un proyecto editorial comandado por una mujer en busca de nuevos autores y autoras con tanta fluidez como amor por el lenguaje.
Con esta primera columna, damos por inaugurada una sección de cobertura atípica del Mundial de Brasil.
El 16 de marzo la joven estudiante de comercio exterior Giuliana Peralta, de 22, fue al departamento de un amigo de su pareja informal, Martín Benítez. Denunció que allí fue violada por el jugador de Independiente Alexis Zárate. Los medios la revictimizaron diciendo que ella había participado de una fiesta sexual y que escondía su deseo de ser botinera como Wanda Nara. El juez Luis Carzoglio le echó la culpa a la promiscuidad y al descuido de la familia. La mamá de Giuliana, Patricia Urbina, defiende a su hija, cuenta cómo sufre en la intimidad y pide la solidaridad de otras mujeres para que con la revictimización judicial y mediática no se desalienten otras denuncias de violación.
Esta semana hubo en la Unidad Penal 31 de Ezeiza un traslado compulsivo de detenidas destinado a “hacer lugar” a los genocidas presos en Marcos Paz. Una integrante del Taller de Poesía YoNoFui lo cuenta desde adentro.
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