DEPORTES › EL CORRENTINO LE GANO COMODAMENTE A BELLUCCI EL SEGUNDO PUNTO DE LA SERIE DEL GRUPO MUNDIAL DE LA DAVIS
La primera raqueta del equipo argentino, que capitanea Daniel Orsanic, salió a jugar obligado tras la derrota que sufrió Berlocq frente a Souza y no tuvo dificultades para imponer su clase. Hoy, desde las 13, se juega el punto de dobles. La dupla de Brasil parte como favorita.
› Por Facundo Martínez
El correntino Leonardo Mayer (número 29 del mundo y primera raqueta argentina) logró ayer, poco antes de que cayera la noche, la contundencia necesaria para imponerse en dos horas y 42 minutos frente a la segunda raqueta brasileña, Thomaz Bellucci (89), por 6-4, 6-3, 1-6 y 6-2, y así emparejar la serie frente a Brasil por el Grupo Mundial de la Copa Davis que se disputa este fin de semana en Tecnópolis. El equipo nacional había arrancado con una derrota, tras la caída de Berlocq (67) en la disputa del primer punto ante la potente primera raqueta brasileña, Joao Souza (75), que al cabo de cinco horas se llevó el triunfo por 6-4, 3-6, 5-7, 6-3 y 6-2. Hoy, desde las 13, se jugará el punto de dobles, donde Brasil, con Marcelo Melo y Bruno Soares –una dupla de especialistas que figura entre las diez mejores del mundo y que se prepara para ganar el oro en los Juegos Olímpicos de Río–, parte como favorito ante la pareja argentina conformada por Federico Delbonis y el Peque Diego Schwartzman.
Tal como lo hizo en Sunrise, Estados Unidos, en el repechaje, para no perder la categoría frente al equipo de Israel, Mayer volvió a vestirse de héroe ayer al lograr el segundo punto de la serie que el equipo argentino –favorito sobre todo por su localía– había arrancado perdiendo. Mayer se mostró sólido y fue inteligente para aprovechar las facilidades que le daba Bellucci, un tenista que, si bien no está atravesando su mejor momento –de hecho venía de perder en la primera ronda del ATP de 250 de Buenos Aires– contaba con un historial 3-1 a favor sobre el correntino.
Pero Mayer estaba enchufado en su debut en el equipo como local y eso se notó en la cancha, cuando con buenos golpes y decisiones acertadas tomó la iniciativa, para evitar que Bellucci se soltara amparado en la tranquilidad que le daba la victoria de Souza. Con ese ímpetu, el correntino recuperó un quiebre 3-4 para luego ganar tres juegos seguidos y llevarse la primera manga 6-4.
Después, con buenos primeros servicios, Mayer volvió a quebrar a Bellucci para adelantarse 3-1 en la segunda manga. A esa altura, el público local comenzaba a jugar su propio partido y a disfrutar del tenis del correntino, que cerró el parcial 6-3 y se llevó el reconocimiento.
No fue bueno el arranque de la tercera manga 0-3, y Mayer, imaginando quizás que el reloj y la falta de luz le podrían jugar una mala pasada, levantó el pie y entregó el parcial 1-6.
Con buenos derechazos y forzando errores en Bellucci, el correntino volvió con todo en el cuarto y mantuvo otra vez la iniciativa en un set que, cada vez con menos luz, se presentaba parejo hasta que, tras una dura batalla en el octavo game, logró quebrar al brasileño para ponerse 5-3 arriba. Con su servicio y la arenga de Juan Martín Del Potro, que a un costado de la cancha le pedía a gritos que atacara a su rival, Mayer cerró la manga 6-3. “Esto es inexplicable, ahora estamos con mucha vida”, comentó el vencedor, emocionado. Luego, reconoció el valor que tuvo en su triunfo el apoyo de los hinchas y se esperanzó con lo que falta: “La serie está abierta, tenemos un buen equipo de dobles y queda mucho por delante”.
La serie no había arrancado bien. Es que bajo el tremendo sol que castigó el mediodía y buena parte de la tarde en el predio de Tecnópolis, Berlocq sufrió demasiado ante Souza, un rival que lo llevó a jugar el partido que quiso, complicándolo con el saque, su derecha potente y con sus ofensivas sobre la red. No empezó bien el chascomusense, que perdió su saque en el primer juego y aunque logró recuperarlo 3-3 no hizo lo que debía para confirmar y, tras ceder nuevamente su servicio 34, le permitió al brasileño quedarse con el parcial 6-4.
El aliento del público, que no superó el 40 por ciento de las 8300 localidades disponibles, empujó a Berlocq a superarse. Y, fiel a su estirpe copera, arrancó la segunda manga con un 3-0 a favor. Sin embargo, Souza lo complicaba con sus golpes potentes y al cabo del séptimo juego el marcador estaba igualado 3-3. Dos chances de break desperdició el argentino antes de quebrar al visitante 5-3 y, finalmente, cerrar con un tremendo ace el parcial 6-3.
Más allá del marcador, el juego de Berlocq no era lo suficientemente claro como para marcarle el paso a Souza. Los méritos del brasileño pasaban por no ceder la iniciativa y por sobreponerse incluso a sus malos momentos, como cuando tras desperdiciar dos pelotas para set en la tercera manga, sirviendo 5-2 y luego 5-3, le permitió a Berlocq ganar cinco juegos seguidos para llevarse la tercera manga por 7-5.
Set arriba y con el marcador 3-1, Berlocq parecía encaminarse al triunfo. Pero su juego tenía grietas y Souza supo cómo aprovecharlas, apoyado por el aliento de un centenar de hinchas brasileños que enloquecían a Berlocq. Souza leyó bien el cansancio de Berlocq y buscó el camino para desgastarlo: comenzó a arriesgar, volvió a tomar el control del partido y ganó los siguientes cinco juegos para llevarse el parcial por 6-3.
Berlocq no encontraba su fuerza habitual, y el público, agotado por el calor, apenas acompaña las iniciativas que oportunamente salían de los integrantes del equipo argentino de Copa Davis, capitaneado por Daniel Orsanic. Pero no hubo caso, la segunda raqueta argentina no conseguía dañar a un Souza que, lejos de agotarse, mantenía el dominio sobre el partido, que terminó llevándose con un contundente 6-2 en el quinto set.
“Gasté más en lo emocional que en lo físico. Ahora hay que recuperarse y pensar en los puntos que quedan”, comentó Berlocq. Luego, se refirió a Souza: “Está en el mejor momento de su carrera. Viene de jugar muy bien en San Pablo y en Río. Está en un envión de confianza”. Por su parte, luego de darle el primer punto al equipo capitaneado por Joao Zwetsch, Souza comentó: “El partido fue todo mental. Me dije que tenía que ganar hasta la última pelota. Y lo pude hacer. Berlocq sintió el cansancio de jugar un partido de cinco horas”.
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