DEPORTES › CUATRO MESES BRILLANTES EN EL BARCELONA
De aquella pelea con Luis Enrique a este presente formidable, con su 24º título y la posibilidad de seguir consagrándose con el equipo azulgrana a corto plazo. Lo que cambió en el campo de juego para conformar una delantera mortífera.
En los más de diez años que lleva en la cúspide, Lionel Messi compartió la delantera del Barcelona con colosos de la talla de Ronaldinho, Samuel Eto’o, Thierry Henry, David Villa y Zlatan Ibrahimovic, todos ellos atacantes de categoría con los que jamás conectó tanto como cuando esta temporada coincidió con el uruguayo Luis Suárez y el brasileño Neymar Jr.
Después de las vacaciones de Navidad, Lio Messi, con permiso del entrenador, se incorporó más tarde que el resto, pero Luis Enrique no lo puso de arranque ante la Real Sociedad. La derrota trajo consecuencias: trascendió que astro y entrenador apenas se hablaban y su relación estaba muy deteriorada.
El presidente Josep Maria Bartomeu habló aquellos días con Me-ssi y con el padre del jugador; también con Luis Enrique. No trascendió nada de aquellas conversaciones. Pero desde entonces, Messi jugó todos los partidos del Barcelona menos uno –de Copa– y el equipo se disparó.
En los últimos minutos del partido entre el Barcelona y el Atlético de Madrid en el Camp Nou, el 11 de enero pasado, cuando faltaba una fecha para cerrarse la primera ronda, Messi anotó el tercer tanto del encuentro.
En la carrera para celebrarlo, compartió su júbilo con Luis Suárez y Neymar, autores de los otros dos goles azulgrana. Fue el comienzo de la reacción triunfal. En los últimos cuatro meses, el Barcelona sólo cedió un empate en Sevilla (2-2) y una derrota 1-0 como local ante el Málaga.
La imagen de los tres jugadores fundidos en un abrazo es la mejor fotografía para ilustrar en qué se convirtió el Barcelona de Luis Enrique: un equipo directo, vertical, con pegada, rendido a la efectividad de sus tres delanteros, en el que se luce menos Andrés Iniesta y en el que el pase de Xavi Hernández fue sustituido por el despliegue de Ivan Rakitic.
Los tantos de los tres tenores sudamericanos fueron decisivos a lo largo de la temporada para que el Barcelona haya alzado el vigésimo tercer título liguero de su historia. El argentino, el brasileño y el uruguayo anotaron 79 de los 108 goles de su escuadra en la Liga, algo así como 7,3 goles de cada 10, convirtiéndose en la delantera más goleadora y decisiva de la historia reciente del club azulgrana, superando los 72 que en la Liga 2008-09 consiguieron el propio Messi, Eto’o y Henry. También superaron las cifras de los madridistas Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Gareth Bale, que en la Liga se quedaron en los 73 tantos.
El rosarino sigue siendo el rey de las áreas, pero ya no está tan solo. En la temporada en la que superó a la leyenda del Athletic de Bilbao Telmo Zarra como máximo goleador de la Liga Española, marcó 41 tantos (casi cuatro de cada 10), pero menos que los 50 que anotó en la temporada 2011-12.
Sin embargo, Messi creció como pasador. Pegado a la derecha, más lejos del área pero con libertad de movimientos, dejó la posición de “falso nueve” que le había creado Pep Guardiola, para regresar a sus orígenes –Frank Rijkaard lo hizo debutar en la banda– y asistió al anotador en 17 conquistas. En total, 58 de los 108 goles, más de la mitad de los goles del Barça en la liga, llevan el sello del rosarino.
Este Messi encontró en la figura de un 9 clásico, como es Luis Suárez, tanto una línea de pase más en la punta de ataque, como un elemento indispensable para distraer a los defensores rivales, arrastrando la marca hacia los laterales. En su primera temporada en el Barcelona, Suárez marcó 16 tantos, muchos menos que los 31 que había anotado con el Liverpool en la temporada anterior, pero porque no jugó los ocho primeros partidos de la Liga, afectado por la pena que recibió tras morder al italiano Giorgio Chiellini en el Mundial, y también porque su rol es otro.
Tras una primera temporada algo irregular, el brasileño Neymar marcó 22 goles en los 32 partidos que jugó, con seis asistencias. Los tres dieron forma a un Barcelona que necesitó mucho menos de sus mediocampistas para maniatar a los rivales de la Liga. Ahora van por la Copa del Rey (el 30 de mayo, en el Camp Nou ante el Athletic de Bilbao) y la Champions League (6 de junio, en el Olímpico de Berlín frente al Juventus). Luego será el turno de la Copa América, a partir del 11 de junio: Messi tiene una cuenta pendiente con la Selección Argentina.
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