Mié 20.05.2015

DEPORTES  › ADRIáN NAPOLITANO, ACUSADO POR LA AGRESIóN A LOS JUGADORES DE RIVER, SIGUE EN LIBERTAD

“No se actúa sin guiño de la barra”

Lo afirmó el ex vice de Boca Roberto Digón, quien dijo que Napolitano dejó de pertenecer a su agrupación en 2008 y rechazó las acusaciones del presidente Angelici, que concretó su renuncia a la vicepresidencia de la AFA. Boca se hunde en el escándalo.

› Por Facundo Martínez

El ataque químico que Adrián “El Panadero” Napolitano concretó contra el plantel de River y que obligó a la suspensión del Superclásico copero del pasado jueves y a la descalificación de Boca del torneo internacional –algo que no había ocurrido antes en la historia del club– calentó la disputa política interna de Boca, donde a fin de año los socios elegirán autoridades. El presidente del club, y candidato a la reelección, Daniel Angelici, que ayer concretó su renuncia a la vicepresidencia de la AFA, tiró munición gruesa contra sus contendientes al intentar vincularlos con el ataque. Pero tanto Roberto Digón, referente de la agrupación Nuevo Boca, como José Beraldi, líder de la Agrupación Boquense, se desmarcaron de las acusaciones. Angelici había asegurado que el “ataque fue organizado” y que lo quieren “voltear” de su cargo.

“Acá están tratando de llevar la cuestión a la política interna del club y a la política nacional, pero no tiene nada que ver con esto”, manifestó Digón en diálogo con Página/12. El ex vicepresidente del club aclaró que Napolitano, a quien conoce por haber realizado viajes con el plantel durante el reinado de Carlos Bianchi, dejó de participar en su agrupación en el año 2008. “Esto que pasó, y la sanción, hay que tomarlo como un escarmiento, sobre todo para estos chicos que toman el fútbol como si el adversario fuera un enemigo”, agregó el dirigente.

Consultado sobre la relación que este ataque puede tener con la barra brava del club, Digón remarcó que, a su entender, “ningún ataque de este estilo pudo haberse realizado sin autorización de la barra”, y luego cuestionó la decisión de Angelici de renunciar a su cargo como vicepresidente de la AFA, aunque seguirá como represntante del club ante la Asociación. “Son fuegos artificiales”, apuntó. La decisión de Angelici estaría más bien vinculada con el hecho de no contar con el apoyo necesario para ocupar la Secretaría General de la Conmebol, que ocupa el ex presidente de Quilmes José Luis Meiszner.

Por su parte, Beraldi también se desmarcó de tener algún tipo de relación con Napolitano. “Digón le erró al vincularlo conmigo. Si conozco a alguno de esos chicos es a través de sus padres, como es el caso de Fede Blanco, y del Panadero sé que vino a alguna reunión y no mucho más”, le dijo Beraldi a este diario. “Con respecto a lo que pasó, creo que es muy grave. Estos chicos hicieron una boludez (sic), eso es evidente, pero en la cadena de responsabilidades hubo varias fallas. Falló la policía, falló la dirigencia y, respecto de la suspensión del partido, hubo una falla garrafal de la Conmebol”, agregó.

Con respecto al problema de Boca con las barras bravas, el también ex vicepresidente y actual candidato a presidente remarcó: “Yo creo que no es sólo un problema de Boca sino un mal del fútbol argentino. Esto le pasó a Boca, pero bien le pudo pasar a cualquiera. La solución al problema de la violencia nos involucra a todos: al Gobierno, a los dirigentes, a los futbolistas y a los hinchas, y también a la Justicia”.

Napolitano reconoció su culpabilidad en un mensaje grabado en el teléfono del periodista especializado en violencia en el fútbol Gustavo Grabia: “Lo que hice fue sin darme cuenta. No tuve la intención de agredir”, manifestó. La confesión no termina de desarmar el nudo central del problema que Boca en particular y el fútbol argentino en general tienen con los hinchas violentos que vienen engordando desde hace más de medio siglo.

En ese sentido, Angelici también tendrá que explicar qué hacía el “Panadero” Napolitano en el campo de juego durante el partido que Boca le ganó 5 a 1 a Zamora por la Copa Libertadores, jugado en Venezuela en marzo de este año. Allí lo identificó la cadena televisiva Playfutbol, parado junto a la línea de cal, a pocos metros de los jugadores, en un lugar al que solo pudo haber accedido con el visto bueno de las autoridades de Boca Juniors.

La interna de la barra en Boca le viene trayendo más de un dolor de cabeza al oficialismo. Amenazas, tiroteos, muertes y luego alianzas inentendibles, como la de Rafa Di Zeo y Mauro Martín, tienen, sin embargo, explicación: los negocios millonarios que manejan los violentos dentro y fuera del estadio parecen ser motivo suficiente para el todo vale. Por dar un ejemplo, el negocio del estacionamiento les deja a los jefes barras cerca de 250 mil pesos por partido. Una suma nada despreciable si se tienen en cuenta el torneo local y las Copas.

Boca sacó barata la sanción que le aplicó la Conmebol, que le dio los puntos a River, le impuso una multa económica y un castigo menor: cuatro partidos sin hinchas locales y otros cuatro sin hinchas internacionales. En la FIFA cuestionaron la levedad del castigo. Mucho parece haber tenido que ver el ex presidente del club y actual jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri. Según pudo saber este cronista, Macri se comunicó varias veces con el presidente de Paraguay, Horacio Cartes (ex titular del club Libertad), el sábado para que éste intercediera ante el Tribunal de Disciplina del ente rector del fútbol sudamericano a favor de Boca. No hubo, en este caso, intenciones de dejar actuar a la Justicia con independencia; está claro que en el fútbol, al que madruga... la Conmebol lo ayuda.

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