El estigma de Cruzeiro quedó finalmente sepultado para River. El equipo que lo había eliminado de todos los cruces internacionales no pudo esta vez con el conjunto de Marcelo Gallardo, que se hizo grande en el mítico Mineirao para acceder a las semifinales de la Copa Libertadores. Con mucha inteligencia para plantarse en el campo rival y controlar la pelota lejos de su arco, River consiguió la diferencia en el primer tiempo para encaminarse hacia el sueño más anhelado de la entidad: levantar el esquivo certamen continental.

La ubicación de dos volantes centrales volvió a ser vital para River. De la misma manera que fue efectivo frente a Boca, resultó de mucha utilidad en Belo Horizonte. Ponzio y Kranevitter se encargaron de tener la pelota frente a los volantes rivales, para luego distribuirla con los mediocampistas más externos. Tanto Rojas como Sánchez volvieron a destacarse por los laterales, desnivelando por las bandas y asistiendo a Mora y Gutiérrez. Precisamente, estos dos participaron del primer gol de River, convertido por Sánchez: Mora se retrasó unos metros y habilitó a Gutiérrez, éste lo vio llegar al uruguayo sin marca, y Sánchez definió con un derechazo cruzado.

El nivel de River fue muy superior a lo que mostró en el estadio Monumental. La intención del equipo fue tener el control del juego ante los brasileños, y lo consiguió rápidamente, ante la capacidad frágil del equipo local. Encima, los goles que no pudo convertir en Núñez aparecieron en Belo Horizonte. Cuando finalizaba el primer tiempo, Maidana se elevó en el área rival para ganar con un cabezazo y marcar el segundo gol, luego de un tiro de esquina desde la izquierda. Con mucho entusiasmo terminó River esa primera mitad.

Y en el segundo tiempo salió con la misma decisión. De esa manera, cuando habían pasado apenas siete minutos, Gutiérrez apareció por la izquierda, dejó dos rivales en el camino y definió con un remate cruzado al palo más lejano de Fabio. A partir de ahí, todo se hizo más fácil para River, y la desesperación de Cruzeiro terminó siendo un factor desfavorable para los futbolistas locales. Los cambios que intentó el técnico Marcelo Oliveira tampoco fueron la solución esperada, y el arco parecía estar cerrado.

Barovero miró dos veces cómo la pelota pegaba primero en el palo derecho, y luego en el travesaño y también en el palo izquierdo. La impotencia era muy grande para Cruzeiro, de la misma manera que lo fue para Brasil en el histórico 7-1 ante Alemania del Mundial del año pasado, ocurrido en ese mismo escenario.

Ante el control de River en todos los sectores de la cancha, lo que le permitió haber convertido un gol más, el público brasileño comenzó a retirarse del estadio antes de que finalice el encuentro. El entrenador Marcelo Gallardo tuvo tiempo para hacer ingresar a Mayada y Gonzalo Martínez, para que puedan tener aún más la posesión de la pelota. Para colmo, la falta de recursos de Cruzeiro provocó que sobre el final del duelo se fuera expulsado el ingresado Gabriel.

River deberá jugar en la próxima instancia con el ganador de la serie entre Racing y Guaraní de Paraguay, que definirán la revancha esta noche en Avellaneda. Pero, sin duda, cuando parecía que el equipo estaba cerca de la eliminación, revertió la serie con fútbol y coraje para volver a estar cerca de su tercera Copa Libertadores.

0- CRUZEIRO

Fabio; Mayke, Manoel, Bruno Rodrigo, Eugenio Mena; Willians, Henrique; De Arrascaeta; Willian, Marquinhos, Damiao.

DT: Marcelo Oliveira.

3- RIVER

Barovero; Mercado, Maidana, Pezzella, Vangioni; Sánchez, Kranevitter, Ponzio, Rojas; Mora, Gutiérrez.

DT: Marcelo Gallardo.

Estadio: Mineirao (Belo Horizonte).

Arbitro: Wilmar Roldán (Colombia).

Goles: 19 m, Sánchez (R); 44 m, Maidana (R); 52 m, Gutiérrez (R).

Cambios: 46 m, Gabriel por De Arrascaeta (C); 55 m, Alisson por Willian (C); 71 m, Joel por Williams (C); 72 m Mayada por Ponzio (R); 78 m, G. Martínez por Gutiérrez (R).

Incidencias: 86 m, expulsado Gabriel (C).