DEPORTES › ARGENTINA ES UNO DE LOS POCOS PAISES QUE ACEPTAN EXTRADITAR A SUS PROPIOS CIUDADANOS
En Migraciones no hay registros de que Alejandro Burzaco haya salido del país con documentación nacional o extranjera. De Hugo y Mariano Jinkis tampoco aparecieron pruebas concretas acerca de en qué lugar se pueden encontrar.
› Por Raúl Kollmann
Argentina es de los pocos países que extraditan a sus nacionales: Brasil, por ejemplo, tiene prohibido por la Constitución extraditar brasileños; Alemania sólo extradita alemanes a naciones europeas, e Israel tampoco extradita residentes israelíes: permite que se los juzgue en el exterior, pero la condena debe ser cumplida en Israel. En los últimos dos años, de mayo de 2013 a mayo de 2015, la Argentina extraditó un total de 143 personas, 14 de ellos, argentinos. Respecto de Estados Unidos, en estos dos años, la Argentina entregó al país del norte ocho personas extraditadas: de esas ocho, en dos casos se trató de ciudadanos argentinos. Los números seguramente serán tenidos en cuenta por los abogados de Alejandro Burzaco, Hugo y Mariano Jinkis, que van a pelear para que los tres imputados en la causa FIFA no vayan a parar a cárceles estadounidenses.
La Dirección Nacional de Migraciones reiteró ayer que Alejandro Burzaco no registra salidas desde que volvió al país, en un avión privado, desde Paraguay, el 12 de mayo pasado. En el aparato viajaron Burzaco, el presidente de la AFA, Luis Segura, y otro dirigente del fútbol, además del piloto y el copiloto.
En Migraciones chequearon si Burzaco salió de la Argentina con otro documento, por lo que se hizo un repaso de todas las salidas por nombre y apellido. Burzaco salió decenas de veces de la Argentina, siempre con pasaporte argentino, nunca usó uno italiano que se dice que también tiene. En el informe de Migraciones, lo cierto es que no figura saliendo de la Argentina con ningún documento, por lo cual oficialmente consideran que está en el país.
Sin embargo, Burzaco no sólo emitió un tweet diciendo que estaba en Londres camino a Zurich el martes pasado, sino que sus allegados afirman que está en Europa, más concretamente en Italia. Algún dato de Interpol va en el mismo sentido, aunque el juez Claudio Bonadio parece que tiene información de que se encuentra en España. Es obvio que los allegados a Burzaco tal vez no digan la verdad respecto del país europeo en el que se encuentra, pero las distintas fuentes cercanas al empresario insisten en que está en Europa.
Con esta perspectiva hay tres hipótesis posibles:
- Está en la Argentina, como lo indican los registros de Migraciones.
- Salió de forma ilegal, clandestina.
- Hay un error de Migraciones.
La hipótesis de que haya salido en forma clandestina no parece probable aunque no se puede descartar. El tweet diciendo que estaba en Londres es del martes pasado, y los allanamientos fueron el miércoles.
Esto significa que si salió del país en forma clandestina lo hizo, como mínimo, el lunes y eso estaría indicando que ya sabía lo que se venía. Pero el dato es incongruente, porque en ese caso de ninguna manera hubiera salido del país: en la Argentina tiene chances de esperar el proceso de extradición, a veces larguísimo, en libertad, mientras que, si lo capturan en otro país, de inmediato lo mandarían a Estados Unidos y estaría preso, jugando de visitante en los tribunales y con costos de abogados infinitamente más altos.
Desde esta óptica, es poco probable que haya salido en forma clandestina y tendría algún sentido una operación para despistar, diciendo que está en el exterior, para que no lo busquen mucho aquí.
La alternativa de un error de Migraciones existe, por supuesto. Parece casi imposible que Burzaco se haya ido por Ezeiza, pero tal vez si se tomó el Buquebus a Uruguay o se subió a un velero y viajó a Colonia, no se registró su salida. No se puede descartar esta variante.
Técnicamente es dudoso calificar de prófugos a Burzaco y Jinkis padre e hijo. Es cierto que existe una orden de captura y que si los ubican, serían detenidos. Al mismo tiempo, sus abogados se presentaron en Comodoro Py, pidieron la eximición de prisión, el fiscal Federico Delgado dictaminó en contra y el juez Marcelo Martínez del Giorgi rechazó el pedido.
Jorge Anzorreguy, abogado de los Jinkis, y Hernán Jáuregui Lorda, defensor de Burzaco, presentaron una apelación. Bonadio resolverá mañana y luego será el turno de la Cámara.
En cierto sentido, la no presentación de los imputados les juega relativamente en contra: algún juez dirá en el futuro que estuvieron fugados y con ese argumento podría denegarles una excarcelación. Es una eventualidad futura que, al menos por ahora, parece poco probable. Todo indica que los letrados les dirán a sus clientes que no conviene estar escondidos mucho tiempo más.
Si Burzaco está en el exterior, no se puede descartar que se presente en alguna embajada argentina y pida una especie de asilo. En la Cancillería dicen que, en ese caso, no tendrían más remedio que llamar a la policía del país en que ocurra para que se lo lleve detenido: “No es un refugiado político. Está imputado por un delito común. No tendríamos argumento para proteger a alguien acusado por algo parecido a un robo”, explican.
Seguramente los abogados de Burzaco argumentarán que es un ciudadano argentino y que el país no debe entregarlo, sino traerlo a la Argentina para que se haga el juicio de extradición.
En cualquier caso, la embajada argentina debería pedirle al país del que se trate una autorización para que permita trasladar a Burzaco a la Argentina. Todo parece poco probable.
Como ya se sabe por el caso AMIA, Irán no entrega a iraníes a ningún país. Es una norma de la Constitución de 1980, antes de la revolución de los ayatolás. Lo de Brasil es también contundente: el artículo 5 de la Constitución Federal prohíbe la extradición de brasileños. Alemania sólo acepta pedidos respecto de ciudadanos alemanes cuando esos pedidos provengan de la comunidad europea: los directivos de Siemens, imputados por coimas en el caso del contrato para la confección de documentos en Argentina, nunca vinieron al país, hubo que indagarlos en Alemania. Francia prácticamente no extradita franceses e Israel niega, por ley, la extradición de residentes israelíes, salvo para un juicio muy puntual: la pena deberá ser luego cumplida en Israel. Estados Unidos no extradita a estadounidenses en casos en que la captura sea pedida por tribunales internacionales, pero sí manda a sus nacionales cuando tiene un tratado de extradición con el país que pide la captura. Igual, la política siempre mete la cola: Estados Unidos nunca aceptó, por ejemplo, extraditar a Guido Alejandro Antonini Wilson, el norteamericano-venezolano que pretendió entrar a la Argentina con una valija y casi 800 mil dólares.
De todas maneras, Argentina es uno de los pocos países con normas de extradición que permiten extraditar a argentinos. Y desde la Cancillería dan los números concretos:
- Entre mayo de 2013 y mayo de 2015 hubo 143 personas extraditadas, y entre ellas 14 argentinos. Por supuesto, la mayoría de los extraditados son narcos o personas de países limítrofes imputados por delitos de sangre. De todas maneras, es un dato concreto que la Argentina extraditó 14 argentinos en los últimos dos años.
- Entre mayo de 2013 y mayo de 2015 hubo ocho personas extraditadas a Estados Unidos, dos de ellos argentinos.
Con estos datos, Burzaco y los Jinkis afrontan una perspectiva de ser extraditados a Estados Unidos, aunque en un proceso larguísimo, que tarda no menos de un año.
La posibilidad de que los imputados sean enviados a Estados Unidos es todavía mayor si se toma en cuenta que la Argentina y el país del norte firmaron un tratado de extradición de una amplitud llamativa. Incluye todos los delitos que prevén una pena de cárcel mayor a un año. Y el texto da a entender que la Argentina no puede negar la extradición, con el argumento de que existe una causa contra Burzaco y los Jinkis, impulsada por la AFIP. El tratado sostiene que, para negar una extradición, las acusaciones contra los imputados tienen que ser anteriores al pedido de extradición y por causas más graves.
Aun así, hay dos cosas que deben tenerse en cuenta:
- En los dos países, Estados Unidos y Argentina, la última palabra la tienen los gobiernos, no la Justicia. Cuando ésta da vía libre a una extradición, le envía sus conclusiones al Ministerio de Justicia, es decir al Poder Ejecutivo, que es el que finalmente decide.
- En este sentido, un caso emblemático es el de Hernán Arbizu, ejecutivo del JP Morgan, que reveló la existencia de miles de cuentas de empresarios argentinos que fugaron dinero al exterior a través de ése y otros bancos. El pedido de extradición de Estados Unidos, por fraude, es de 2008, y por lo que se ve hasta ahora –ya pasaron siete años–, el trámite no avanza ni en la Justicia. Nada hace pensar que Arbizu sea extraditado.
El caso de Burzaco y los Jinki s es muy distinto, porque se trata de masas enormes de dinero embolsadas por empresarios privados y dirigentes de fútbol. De todas maneras, están defendidos por poderosos abogados que harán todo lo posible para que los tres imputados sigan en la Argentina y en libertad. El caso conocido anterior es el de Alejandro Vandenbroele, cuya extradición fue solicitada por Uruguay, en el marco de una colateral de la causa Ciccone. Estuvo preso 25 días y ahora continúa el proceso, pero en libertad. De manera que los abogados del caso FIFA van a intentar lo mismo. Y procurarán que el trámite de extradición dure siglos.
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