Dom 23.11.2003

DEPORTES  › ES EL UNICO CANDIDATO QUE SE PRESENTA EN LAS ELECCIONES DEL PROXIMO DOMINGO

Boca paga la revancha del ingeniero Macri

Los avales económicos lo han transformado en el único participante de la carrera reeleccionaria, con la que sus opositores sospechan intentará mantenerse en el candelero hasta capturar una banca en el Congreso, subordinando la economía del club a los negocios.

› Por Gustavo Veiga

Una publicación de ocho páginas a todo color, en fino papel ilustración y dedicada a exaltar los ocho años de gobierno que Mauricio Macri lleva al frente de Boca, acaba de exhumar una novedosa interpretación de la historia reciente. Sostiene que, en el club, “el nuevo milenio se inició el 13 de diciembre de 1995...”. Y que coincidió con la asunción de la fórmula Macri-Pompilio. El mismo binomio, a diferencia de aquellas elecciones en que se impuso a Antonio Alegre y Carlos Heller, no tendrá competencia el próximo domingo. Ni el oficialismo crítico liderado por Roberto Digón, ni la oposición consuetudinaria reunida detrás de Pablo Abbatángelo, han conseguido un desenlace favorable a sus aspiraciones políticas. Un magistrado no hizo lugar a una impugnación por la re-reelección del ingeniero, tampoco se expidió hasta hoy la Inspección General de Justicia (IGJ) sobre el adelantamiento del comicio y, mucho menos, estas voluntades dispersas avanzaron en la anulación de los discriminatorios avales que incorporó el estatuto xeneize en 1999. Por ende, el epílogo de esta trama ya se anticipa: Macri resarcirá gracias al fútbol su afán de gloria marchito y continuará combinando la administración de una asociación civil que adoptó como trampolín para su campaña política con negocios donde la transparencia es un bien en desuso.
El viernes 21, a las 17.40, el aún vicepresidente 3 Digón escuchó en su celular la noticia que jamás hubiera querido escuchar: su impugnación a una segunda reelección del ingeniero había sido desechada en el Juzgado Civil N 59. Un par de horas después, el arquitecto Abbatángelo confirmaba que la IGJ no se había pronunciado en el expediente 37.474 sobre la convocatoria anticipada a un comicio que debía realizarse en la primera quincena de diciembre, según reza el artículo 39 del estatuto.
La razón que movió al oficialismo a modificar la fecha era esperable: el domingo 7, el equipo de Carlos Bianchi juega en Santa Fe ante Colón y el 14 disputa la final de la Copa Intercontinental con el Milan. Por ende, en ninguno de los dos casos podía garantizar una concurrencia masiva a las urnas del socio que vota con su corazón futbolero. En un escenario semejante, el plebiscito sobre la actual gestión encontraría ciertas piedras en el camino. Y ni que hablar si se postergaban las elecciones hasta el 2004, el objetivo que perseguían los adversarios de Macri.
Adelantándose a este frente de tormenta, el oficialismo ya había publicado una solicitada el domingo 16 en un par de diarios. El texto, firmado por el Club Atlético Boca Juniors, aludía a la polémica reelección (aprobada en asamblea extraordinaria y refrendada por la IGJ el 11 de agosto del ‘99), a los avales bancarios sobre el 10 por ciento del patrimonio ne-
to boquense –que hoy asciende a 105.049.829,10 pesos– y a las agrupaciones que respaldan la candidatura del acaudalado empresario por el período 2003-2007.
La difusión de la solicitada, que la oposición sospecha fue solventada por la tesorería del club, generó la respuesta más enérgica, curiosamente, puertas afuera de la institución. Raúl Gámez, el presidente de Vélez, envió un comunicado a Página/12 en el que aseguró: “Para ser miembro de la comisión directiva no pedimos avales económicos sino morales...”. Y, entre otras cosas, agregó que “es de público conocimiento que en el pensamiento del socio de Vélez, el señor Mauricio Macri no hubiese sido nunca presidente de Vélez” y que aval moral tenían “José Amalfitani o José Ramón Feijoo, que hicieron grande a Vélez”. Por último, Gámez recordó que su club se encuentra actualmente “saneado, sin deuda alguna”.

Política y negocios
En Boca, el último balance arrojó un superávit de 4.391.489,76 pesos en el que resultó determinante el cobro de una porción del pase de Juan Román Riquelme por 10 millones de euros. Sin embargo, el pasivo del club asciende a 42.296.773,48 pesos. A estos números deberán prestarles atención los dieciséis miembros de la comisión directiva y sus doce suplentes, que gobernarán por un nuevo período desde diciembre. En la elección del próximo domingo también se elegirán 210 representantes y 60 suplentes, y una comisión fiscalizadora integrada por cinco titulares y tres suplentes completan la sábana.
La comisión directiva sufrirá varias bajas con respecto a la lista que acompañó a Macri durante su segundo mandato presidencial: ya no contará con Digón, el abogado Pedro Orgambide, el periodista Francisco Franconieri, Edgardo Alifraco y una cantidad respetable de hombres afines a Enrique Nosiglia, que vieron suprimida su aspiración de contar con una de las tres vicepresidencias. En cambio, regresarán Orlando Salvestrini –un cuadro del grupo Macri– y el cuestionado José Cirillo, hoy secretario técnico. La nómina lleva, además, la impronta de ciertas devoluciones de favores económicos y políticos. Juan Carlos Crespi, acaudalado propietario de una estratégica estación de servicio y ex gremialista del SUPE, contribuyó con dinero a la campaña por la jefatura de gobierno porteño del ingeniero y Fabián Valle es el hijo del dirigente perpetuo que tiene el sindicato del seguro, un bastión menemista en la década del ‘90. No son los únicos que provienen de esa vertiente política en retirada: Jorge Matzkin y su hijo Martín van como fiscalizador suplente y representante, respectivamente.
Los adversarios de Macri creen que el actual presidente, una vez reelegido, ocupará el cargo durante un lapso que culminará con su nuevo salto a la política, esta vez para lanzarse a la captura de una banca en el Congreso. En la línea de sucesión, lo reemplazaría el empresario papelero en apuros Pedro Pompilio, uno de sus laderos de máxima confianza que también consiguió colocar en la lista de representantes a su esposa, Norma Mantovani, y a sus dos hijos.
El inofensivo clima electoral que se vivió el jueves pasado durante el clásico que Boca le ganó a San Lorenzo, guarda poca relación con el calentamiento global que experimentará la interna boquense con posterioridad al domingo 30. Todo indica que las peores hostilidades, vaya paradoja, arrancarán después de esa fecha. Digón está indignado con Pompilio porque supone que habría inducido la investigación sobre él que lo obligó a declarar ante el juez Mariano Bergés por la violencia en el fútbol. Mientras tanto, el ingeniero Macri buscará cómo armonizar la política y algunos negocios...
Por estas horas, acaban de recrudecer versiones similares a las que dejaron señales de su participación en el club Badajoz de España. Por entonces, el presidente de Boca delegaba en Nicolás Caputo, un empresario que pasó por el rubro autopartista y la construcción, el control de la sociedad anónima deportiva que compartía con Marcelo Tinelli. De ese modo se ponía a resguardo del alcance que tiene el artículo 47 del estatuto boquense y que fija “no tener participación en forma individual o como integrante de sociedades que realicen transferencias de deportistas profesionales y/o contratación de técnicos de cualquier deporte”.
Macri habría mudado hoy su participación accionaria a otro club. Ya no es el Badajoz, aunque también interviene en los torneos de España: el Villarreal de Riquelme y Coloccini, dos ex jugadores de Boca y al que parece inminente la llegada de Sebastián Battaglia. Cabe recordar que además pasaron por allí Martín Palermo, Gustavo Barros Schelotto y Diego Cagna.
Esta huella difícil de rastrear desde Buenos Aires se vuelve más tangible en operaciones que tuvieron como norte al liquidado Fondo Común de Inversión Boca Juniors. El club lo resarció con 9.176.712,71 pesos el 30 de septiembre pasado por los jugadores que no transfirió y que pertenecían a la cartera bursátil. Y acabará haciendo lo mismo con una suma adicional de casi 900 mil dólares. Santiago Urdapilleta, el presidente de La Xeneize, la sociedad gerente del Fondo, informó que Boca ya pagó unos 400 mil dólares porque quebró el AEK de Grecia, que no abonó en su momento una suma correspondiente al pase de Emanuel Ruiz, otro futbolista de los cuotapartistas.
Pero la frutilla del postre para el experimento mercantil de Macri serán los 550 mil dólares que Boca costeará por una eventual transferencia de Walter Samuel desde la Roma a otro club europeo. Ese pago, según Urdapilleta, ya fue aprobado por la comisión directiva boquense cuando la institución italiana todavía no vendió al defensor. La asociación civil que presidirá por un nuevo mandato el ingeniero desembolsará, por adelantado, lo que hipotéticamente ingresará a su tesorería cuando Samuel sea vendido y perciba entonces un 10 por ciento de la suma que cobren los romanos.
Se trata de la generosa política financiera que caracterizó a Macri en todos estos años. Y que marcó un estilo donde la economía de Boca se subordinó a los emprendimientos privados.

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