NOTA DE TAPA
¿Un bluff o un boom? Quentin Tarantino estrena Kill Bill, una película de artes marciales.
A los 26 años ya había disuelto una banda legendaria, era el referente de todo un movimiento lanzado a reformular el country y acababa de grabar uno de los discos más emotivos de la historia de los cantautores. Tres años después arrastra una leyenda de compositor compulsivo, recitales que pendulan entre el caos y la perfección, discos piratas, depresiones, bourbon, euforias y benzedrina. Para algunos, es el comienzo de una larga y prolífica carrera a lo Bob Dylan. Para otros, en cualquier momento se convierte en el “el Kurt Cobain del alt.country”. Mientras tanto, Ryan Adams acaba de sacar dos discos (Rock N Roll y Love is Hell), está por lanzar un tercero y tiene listo varios más. Hagan sus apuestas.
Despotrica contra el Papa. Considera que, si Dios existe, no sirve para nada. Ofrece como prueba su Colombia natal, donde sólo encuentra pobres diablos que se reproducen y violencia desenfrenada. Sus libros son de tal virulencia melancólica que parecen escritos por un muerto en vida. Y ni siquiera el reconocimiento lo aplaca: donó los 100 mil dólares del Premio Rómulo Gallegos a la ignota Mil Patitas, una institución que cuida de los perros callejeros de Venezuela. Después de La Virgen de los sicarios, la novela filmada por Barbet Schroeder, acaba de aparecer El desbarrancadero, donde cuenta la muerte de su hermano a causa del sida. Entrevistado por Radar, Fernando Vallejo mantiene viva su leyenda.
Conocedor de la amplia penetración popular de las historietas, JFK eligió como compañero de sus correrías gráficas al máximo icono del noveno arte, Superman, con el objetivo de difundir su optimismo con respecto al futuro. La idea era salvar al mundo. Pero hace cuarenta años, en el caluroso mediodía de Dallas, el sueño estalló en mil pedazos.
A diez años de la muerte de Alberto Breccia, la revista de artes plásticas ramona decidió convocar a más de 40 escritores, dibujantes y guionistas de diversas generaciones para homenajearlo. Con nombres como Fontanarrosa, Juan Sasturain, Caloi, Rep, Nine, Sábat, Langer, Caloi, Solano López y Max Cachimba, entre otros, el número especial dedicado íntegramente a homenajearlo saldrá a la venta la semana que viene. A manera de anticipo, Radar reproduce el texto de Guillermo Saccomanno y un fragmento de la entrevista que le hizo a Breccia junto a Carlos Trillo.
A los siete años oía a su hermano Luis ensayar con Ave Rock en su casa de Caseros. Languidecían los ‘80 cuando cantó con Batato Barea en Babilonia. Pero recién se mudó al tango cuando escuchó a Luis Cardei. Reconocida como una de las mejores voces femeninas del género, Lidia Borda presenta ahora su segundo disco, Tal vez será su voz, que vuelve al clasicismo de los años ‘40.
En Extended play, disco doble grabado en vivo en el club Birdland, el contrabajista Dave Holland se mantiene fiel a sus pasiones: la inspiración del free jazz, la música africana y el quinteto.
Vuelve el fado. Sensus, de Cristina Branco, revitaliza la melancolía del género abrevando en Vinicius, en Chico Buarque y hasta en Shakespeare.
Víctima de una curiosa peste vacuna, una familia oligárquica rumia su decadencia física y de clase en el último pedazo de campo que le queda.
Mediante un dispositivo escénico que hace del espectador un testigo indiscreto, Luciano Suardi despliega las dos caras de una familia tipo: la banalidad de lo cotidiano y el horror a punto de estallar.
Ana Alvarado enhebra dos relatos juveniles y pone el teatro al servicio de una misión inquietante: descubrir los secretos del mundo nocturno.
Teatro ciento por ciento pampeano, “Tango nómade” enfrenta a una madre y una hija en un duelo sin cuartel, grotesco y salvaje, apenas endulzado por la melancolía de los tangos del treinta.
Inventor, músico, artista plástico, Esteban Castell se parece mucho a uno de esos sabios locos que se entusiasman enrareciendo el mundo. Ya urdió un disco que cambia según el contexto en el que se lo escucha (el Cotidiáfono). Ya grabó tres discos perturbadores (Adrogué, Cubos, Sincro). Ya mostró el audiovisual Elipse, realizado con Alicia Herrero, en el prestigioso N.G.B.K de Berlín y la Rothe Fabrike de Zurich. Ahora, en un experimento que llama a desgano “audiovisión”, Castell presenta Vagabungi, una instalación en la que, entre otras sorpresas, Miles Davis toca la trompeta desde un avión.
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