“Hay una definición de un torneo y no es lo mismo que jueguen dos horas y media antes. Que no nos tomen por boludos.” Así, con crudeza, se refirió Eduardo Coudet a la posibilidad de que Boca juegue después de Central en la definición del campeonato. La chance hipotética de que el equipo de Arruabarrena fuera campeón antes de jugar hacía pensar en el imaginario que el técnico podría preservar jugadores para la final de la Copa Argentina. Pero fue al revés. Coudet jugó a la distracción y dejó en el banco a Marco Ruben, el gran goleador; a Marcelo Larrondo, su compañero en el ataque, y ni siquiera concentró a Alejandro Donatti, pilar en defensa. Por si hiciera falta alguna explicación adicional, Coudet esgrimió luego de la derrota ante Banfield que “la final contra Boca depende de nosotros y en la definición del campeonato debíamos esperar otro resultado”. Consumada la clasificación a la próxima Copa Libertadores, el objetivo del cuerpo técnico y el plantel es que el equipo rosarino vuelva a dar una vuelta olímpica luego de veinte años. El propio Coudet fue partícipe de aquel festejo en la Copa Conmebol que impulsó Angel Tulio Zof.

Dos décadas después, y ahora detrás de la línea de cal, Coudet trabaja sobre tres variantes en el armado del equipo para afrontar la gran final de mañana ante el nuevo campeón del fútbol argentino. Las ausencias obligadas son las de los lesionados Pablo Alvarez y Nery Domínguez y la del enlace Giovani Lo Celso, suspendido. Para reemplazar al defensor, la incógnita pasa por saber si podrá volver el experimentado marcador lateral izquierdo Cristian Villagra, quien se recupera de un esguince severo de tobillo que sufrió en el empate contra San Lorenzo. El técnico confía en contar con él, pero en caso de que no llegue en condiciones apelará a Paulo Ferrari, quien volvió a jugar en la victoria sobre Argentinos luego de diez meses de inactividad por una doble rotura del tendón de Aquiles.

A Nery Domínguez, pieza clave en el medio, “le hicieron un tratamiento especial para curarle el desgarro, pero no podrá jugar”, informó un vocero de la institución. Damián Musto, titular ante Banfiel el domingo, volvería a decir presente. Y en la zona de creación todo parece más claro. El habilidoso Franco Cervi, que ya está vendido al fútbol portugués, será el conductor.

El plantel profesional está concentrado desde el domingo a la noche y esta mañana volará hacia Córdoba. Allí tendrá un apoyo masivo, porque los hinchas agotaron en apenas cuatro horas, luego de algunos disturbios, las 22.000 entradas que se pusieron a la venta.