DEPORTES › NO ALCANZA CON UNA VUELTA DE PAGINA
Corrupción, violencia, muertes evitables, infraestructura en crisis y desorganización forman un combo caótico que nada bueno hace presagiar para el año que comienza.
› Por Gustavo Veiga
El fútbol argentino exige para 2016 mucho más que una vuelta de página. El año que acaba de irse dejó malas noticias en varios frentes: la institucionalidad de la AFA amenazada, denuncias de sobornos en una elección a presidente frustrada, el escándalo de la FIFA con dirigentes y empresarios argentinos detenidos, la violencia crónica sin resolver, la muerte de un jugador profesional (Emanuel Ortega) por falta de infraestructura adecuada y las cuentas de los clubes en rojo, un clásico de cada temporada que se va, entre otros problemas. En esta nota se repasa la herencia de 2015 o la continuidad de conflictos que vienen desde mucho más lejos. En definitiva, casi una novela por entregas sobre la corrupción, la obscenidad del descontrol y la rosca política. O, en otras palabras, el espejo que refleja con nitidez la imagen de un fútbol que está hecho a imagen y semejanza del país que lo contiene.
- Casa tomada: la muerte de Julio Grondona el 30 de julio de 2014 despertó las aspiraciones de poder de dos candidatos –Luis Segura y Marcelo Tinelli– que ahora pueden ser tres (Daniel Angelici) o más. El próximo 29 de junio se cerrará una transición desordenada y bochornosa, donde el dislate mayor fue una elección que terminó 38 a 38 cuando los asambleístas que votaron eran 75. La AFA, como en el cuento de Julio Cortázar, se transformó en una casa tomada aunque la realidad, en este caso, supera a la fantasía de la obra. Hasta la desprestigiada FIFA se involucró en el problema de una institucionalidad quebrantada que amenazaba con dejar más de una cuenta impaga.
- El soborno: es el nombre de un cuento de Jorge Luis Borges que integra El libro de arena. Solo un fútbol anestesiado por las sospechas de corrupción pudo dejar pasar con ligereza un par de denuncias sobre la presunta compra de votos en la frustrada elección de la AFA. El vicepresidente del club Independiente Rivadavia de Mendoza, Leonardo López, denunció públicamente que le ofrecieron 500 mil pesos para votar por la candidatura de Segura. El presidente de Chacarita, Héctor López, hizo lo mismo pero en sentido contrario. Acusó al presidente de Banfield, Eduardo Spinosa, de haberle ofrecido a su club una publicidad de un millón de pesos para que a cambio votara por Tinelli.
- Omertá: la novela de Mario Puzo cierra la saga sobre la mafia que había inaugurado con El Padrino. El 2015 terminó con cinco argentinos detenidos, uno prófugo y otro, el más célebre, que si estuviera vivo tendría pedido de captura. Los dirigentes José Luis Meiszner y Eduardo Deluca están bajo arresto domiciliario en Buenos Aires en la causa judicial que se sigue en EE.UU. por el escándalo de la FIFA. El primero era secretario general de la Conmebol cuando empezaron las detenciones en Zurich y hasta aspiraba a presidir la AFA tras la muerte de Grondona. Deluca estaba retirado, pero había integrado el staff de la Conmebol durante 23 años. También siguen libres bajo fianza los empresarios a quienes se acusa de haber pagado sobornos: Alejandro Burzaco en EE.UU.; Hugo y Mariano Jinkis en Buenos Aires. Hay un sexto argentino-brasileño, José Lázaro Margulies, que se encuentra prófugo. Nunca antes el fútbol nacional había tenido en esta situación a tantos dirigentes y empresarios imputados por recibir o pagar sobornos para comercializar derechos de televisión. Nunca antes la FIFA había tenido un espacio en el museo sobre la mafia en Las Vegas. Ahora lo tiene.
- El matadero (Uno): en la literatura es la célebre metáfora sobre el rosismo que escribió Esteban Echeverría. En el fútbol es la consecución de una serie de tragedias evitables donde se mezclan la violencia de las barras bravas y la impericia, desidia y falta de control de las autoridades. El caso de Emanuel Ortega, el joven jugador de San Martín de Burzaco que falleció el 14 de mayo después de agonizar casi dos semanas por una doble fractura de cráneo, quedará como una marca indeleble en la lista de muertes más absurdas. Chocó con su cabeza contra el muro perimetral de la cancha de su club cuando iba a disputar la pelota con un rival de Juventud Unida. Desde ese momento, empezaron a tomarse medidas. Se dispuso acolchonar las paredes que rodean los campos de juego del Ascenso. Sin embargo, tiempo después hubo otros dos casos que por fortuna no terminaron igual. Los de Javier Rossi y Sebastián Gigliotti (hermano de Emmanuel, el ex Boca). El fútbol es inseguro adentro y afuera. Su infraestructura atrasa. También quedó demostrado con el escándalo del gas pimienta en la Bombonera cuando los jugadores de River fueron atacados a través de la manga de ingreso a la cancha.
- El matadero (Dos): la lista con 309 muertes que lleva la ONG Salvemos al fútbol, la misma que pidió la intervención de la AFA por su situación de desgobierno en diciembre pasado, llega hasta el 8 de noviembre de 2015. Ese día, Juliana Gallo, de 16 años y simpatizante de Atlético Tucumán, fue alcanzada por un disparo de arma de fuego y murió en el acto. Ocurrió en la capital tucumana y se cree que le dispararon hinchas de San Martín, mientras viajaba en la parte trasera de la moto de su novio mientras festejaba el ascenso de Atlético a Primera División. La mayoría de los casos como éste continúan impunes y engrosan una estadística tan obscena como fúnebre.
- La comedia humana: en el fútbol argentino hay algo que subyace de la monumental obra de Balzac. Las cuestiones del dinero y del poder, como si formaran parte de aquella novela por entregas, están visibles desde hace décadas y cada año expresan una decadencia moral que se apropia de todo. Los clubes reciben cada vez más dinero por el Fútbol para Todos y en lugar de crecer patrimonialmente, se endeudan. En 2015 recibieron 1742,7 millones de pesos. Entre 2009 –cuando se creó el programa– y 2014 sus pasivos crecieron un 150 por ciento. Rodolfo D’Onofrio asumió la presidencia de River en diciembre de 2013 y llegó a decir al año siguiente que la economía de su institución estaba en Primera C. ¿Cómo habrá sido entonces en la mayoría de los clubes más chicos?
- El nombre de la rosa: como en la novela de Umberto Eco, donde dos monjes investigan una misteriosa serie de crímenes en una abadía medieval, los campeonatos del fútbol argentino son un jeroglífico difícil de descifrar. Del campeonato de 30 equipos de 2015 con dos descensos y a una rueda en que Boca se consagró campeón por puntos, pasaremos en 2016 a uno con la misma cantidad de participantes, divididos en dos zonas, con un solo descenso y una final para determinar quién se queda con el título. Los dirigentes siguen haciendo mamarrachos. La organización es más previsible en un torneo de solteros contra casados.
- El misterio de los árbitros dormidos: tal el título de una novela infantil española editada en 2013. En el fútbol argentino sus rendimientos dejaron mucho que desear. El momento cumbre de todos los malos desempeños que hubo a lo largo de la temporada 2015 fue en la final de la Copa Argentina entre Boca y Central. El referí Diego Ceballos terminó suspendido para dirigir en los torneos argentinos y fue dado de baja como juez internacional. Más allá de cierto ensañamiento contra los árbitros, sus bajos desempeños son motivo de preocupación. Como ensayo, en los torneos de verano del año que comienza habrá cinco controlando cada partido. Los dos que se sumarán se ubicarán al lado de cada arco.
- Casino Royale: el célebre creador de James Bond ambientó su primera novela del agente 007 en un casino. Ian Fleming murió cuando ni siquiera existía el Prode por lo que nunca hubiera imaginado un fútbol plagado de apuestas. En la Argentina ya se habla con insistencia del tema. Habría dos interesados para hacerse con el negocio del juego inspirado en nuestros caóticos campeonatos. Los empresarios Cristóbal López y Daniel Angelici. Este último, el mismo que renunció a la AFA, regresa ahora como secretario general y en el futuro, acaso, se transforme en el futuro presidente de la asociación. La mesa quedaría servida para apostar bajo el argumento remachado de los clubes con economías deficitarias. Es la lógica de que el dinero debe salir de algún lado. Cuando el juego toma al fútbol como su objeto de deseo, ya se sabe lo que trae aparejado.
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