Un gol de oro de Fernando Cavenaghi cuando ya se jugaba el segundo tiempo suplementario le dio el pasaje a los cuartos de final del Mundial a la Selección Argentina Sub-20, que sufrió más de lo esperado para superar 2-1 a Egipto. Otro tanto de tiro libre del goleador de River había puesto en ventaja al equipo de Hugo Tocalli, pero los africanos igualaron a través de Rida Metwaly para forzar el tiempo extra. Menos mal que al arquero Mariano Barbosa no le sucedió nada, ya que ante la suspensión de Gustavo Eberto, Cavenaghi era el encargado de reemplazarlo... Ahora, los chicos argentinos se medirán el viernes ante Estados Unidos, que ayer derrotó 2-0 a Costa de Marfil.
Cuando parecía que el pasaje a los cuartos se definiría en los penales, una gran maniobra de Javier Mascherano, el mejor jugador de la cancha, le posibilitó a Cavenaghi quedar cara a cara frente al arquero egipcio. Si bien no consiguió batirlo en primera instancia, el delantero argentino tomó su propio rebote y desde el piso alcanzó a sacar un remate que pegó en un defensor y se le metió por arriba de la cabeza de Ekramy. Así se cerró un encuentro durísimo, en el que Argentina no pudo imponer la mayor capacidad de sus futbolistas y en el que fue superado en varios pasajes por los egipcios.
Argentina ganó y nada más, porque su funcionamiento estuvo muy lejos de ser el ideal. Sólo el gran desempeño de Javier Mascherano, con presencia en la mitad de la cancha para quitar y generar juego, la firmeza en el fondo de Gonzalo Rodríguez y Mauricio Romero, y el oportunismo goleador de Cavena-ghi, se puede rescatar en los 110 minutos de juego. Es que en el balance Egipto exhibió un mejor funcionamiento colectivo, con algunas individualidades destacadas como los mediocampistas Ahned Fathi y Hosni Abad Rabo, el defensor Amir Azmy y el goleador Metwaly.
Dentro de un trámite parejo, el conjunto de Hugo Tocalli tuvo algo de fortuna para colocarse en ventaja. Cavenaghi ejecutó un tiro libre débil al palo del arquero, que se desorientó porque varios jugadores intentaron desviar el remate. Por eso, cuando quiso reaccionar, los chicos argentinos ya estaban festejando el 1-0. Más allá de la diferencia en el marcador, el desarrollo seguía siendo cerrado. Por eso, no sorprendió que los egipcios llegaran a la igualdad en el final del primer tiempo. Metwaly armó una muy buena jugada por derecha, Barbosa rechazó a medias y el rebote le quedó al delantero, que no tuvo inconvenientes para señalar la igualdad.
Con los cambios de Hugo Colace por Marcelo Carrusca y de Franco Cangele por Walter Montillo, el entrenador argentino intentó tener más presencia en el medio y potencia en la ofensiva. Por más que tenía tres delanteros en la cancha, la Selección no podía generar chances claras. Sólo el criterio y amor propio de Mascherano se salvaban de la confusión general. En cambio, a partir de los espacios que ofrecía la adelantada defensa argentina, los africanos encontraron mayor claridad en sus llegadas. Pero cuando los protagonistas ya no tenía fuerzas, surgieron la figura de Mascherano y la capacidad de Cavenaghi para convertir el gol de clasificación. Menos mal que a Barbosa no le pasó nada...