El Grupo Clarín y Telefónica salieron de compras. Y a precio de lista se llevaron las tajadas más rentables del negocio del fútbol televisado. Por 90 millones de pesos, tendrán los derechos para transmitir 15 partidos de Boca y River y otros 15 de Racing e Independiente del próximo campeonato de Primera División por Canal 13 y Telefe. Y por una suma que fuentes del mercado estiman en 200 millones de pesos, TyC Sports (canal que pertenece en partes iguales a Clarín y Torneos) podrá poner en el aire la Copa Argentina y el certamen de la Primera B Nacional, cuyos derechos fueron devueltos a la AFA por el gobierno nacional.

A esta altura, queda muy en evidencia que se ha producido una reprivatización de hecho de las transmisiones futbolísticas. Que poco y nada se ha salvado del Fútbol para Todos tal cual funcionó hasta el año pasado. Y que los demás canales de aire (América, el 9 y la TV Pública) han sido reducidos al ingrato papel de hijos bobos del negocio. En el diseño pergeñado por el empresario Fernando Marín, el delegado de Mauricio Macri en el programa, estas señales compartirán los partidos de San Lorenzo y deberán afrontar a pérdida la transmisión de los cotejos menos convocantes en términos de audiencia y auspiciantes. Mientras que las dos más grandes se quedarán con la parte del león: tendrán siempre los mejores encuentros de cada fin de semana y la posibilidad de una robusta tanda publicitaria cuya recaudación será íntegramente para ellos.

El esquema anterior (seguramente perfectible y posible de realizar a más bajos costos y con mayor transparencia de gestión) dejaba en claro que al ser el Estado Nacional el dueño de los derechos, la Televisión Pública era la señal cabecera y tenía prioridad de elección a la hora de los partidos importantes. Era un derecho que nadie discutía. Pero ahora no. Los tejes y manejes entre privados han volcado la balanza a su favor y le han dejado a la TVP y a los otros canales, las migajas finales de un banquete suculento.

En el ambiente televisivo, circulaba ayer la versión de que las altas gerencias de América y Canal 9 evaluaban bajarse del Fútbol para Todos en queja por haberse quedado al margen de lo más jugoso del negocio. El reparto ha sido demasiado de- sigual, exageradamente desparejo. En el juego del dinero y el poder, la pelota volvió a caer para el mismo lado de siempre.