Por P. V.

Un día después de que Angel Cappa atacara al “poder mediático” del fútbol y recibiera sendos ataques de medios vinculados a Torneos y Competencias, trascendió que sería esa empresa la que auspiciaría el regreso de Reinaldo Carlos Merlo, abonando parte del sueldo del entrenador y solventando la contratación de un par de jugadores, ya que la decisión de Blanquiceleste SA no es la de comprar sino la de desprenderse de tres futbolistas del actual plantel. Merlo pidió plazo hasta la semana próxima, esperando una oferta desde México, y la gerenciadora indició que no hará nuevas gestiones hasta ese momento, pero se descarta que habrá acuerdo.
La postura de Cappa de criticar al poder mediático fue recibida hasta con sorna en los medios como la radio La Red (en la que se calificó su campaña como “fracaso”) y el canal de cable Fox Sports que, como cualquier aficionado medianamente avisado sabe, gozan de evidentes vínculos con el poder más formidable del fútbol de la última década, TyC, al punto que transmiten desde el edificio de la empresa. Inclusive, se percibió un tratamiento diferenciado de los casos del ex entrenador de Racing, casi un villano por presuntamente desconocer la realidad del fútbol argentino –como si eso invalidara moralmente la voluntad de Cappa o de cualquier otro individuo por cambiar esa realidad–, y del próximo ex técnico de independiente, Osvaldo Sosa, poco más o menos considerado como una víctima de los dirigentes. Sin que parezca casual la conexión entre las condiciones de ambas instituciones; una, sociedad anónima y otra, sociedad civil sin fines de lucro.
La decisión de Cappa de dejar Racing estuvo vinculada con el conocimiento del entrenador de reuniones entre la gerenciadora y Merlo, que datan de dos semanas atrás, precisamente el momento en que Fernando Marín, el titular de Blanquiceleste, dejó de atenderlo. El ex técnico jamás pudo discutir con su empleador las condiciones en las que Racing haría la pretemporada. Sin embargo, se descuenta que Merlo –que desde que se desvinculó de Racing trabajó como analista futbolístico en el canal Fox– será el próximo entrenador del club, luego de lo que pareció una formidable campaña televisiva para encontrarle empleo. Su compañero de tareas, Daniel Córdoba, acaba de ser contratado por el Cuenca de ecuador. Cappa había dicho un día antes: “Algunos entrenadores están vinculados con el poder y sufren menos la embestida del negocio. Por eso nos parece natural que a (Alberto) Márcico lo echen a los cuatro partidos y ahora le toque a Chiche Sosa (...) “Nos parece natural que vendan entrenadores por televisión descaradamente como lo vemos últimamente, y son cosas que no son naturales.”
No más natural ha resultado el proceso en Independiente, aunque las razones habría que adjudicárselas menos a los intereses de los dirigentes y más a su impericia. Pese a que dos meses atrás Osvaldo Sosa firmó contrato hasta diciembre de 2004 por ofrecimiento de la Comisión Directiva encabezada por el presidente Andrés Ducatenzeiler, estos mismos decidieron rescindir el contrato del entrenador que habían elegido para reemplazar a Oscar Ruggeri, el técnico que había llegado a mediados de año con 15 incorporaciones. Los dislates no terminaron allí: para reemplazar a Sosa se mencionaron como candidatos a entrenadores como Américo Gallego o César Menotti, a los que el club todavía les debe dinero de contratos rescindidos unilateralmente... La versión que circulaba ayer era que Sosa tampoco había cobrado ninguno de los dos meses que trabajó, y el entrenador pretende que le pague el contrato íntegro.