Racing Club es un campeón que vuelve a dar pelea, ya que en la lluviosa noche de Avellaneda le ganó a Huracán 2-1 y persigue a toda marcha al único líder del torneo Clausura, River, que está a sólo tres puntos. Dio la impresión de que Racing iba a ser otro escolta que sólo empataba en el arranque de la séptima fecha, pero el desnivel definitivo lo consiguió el incansable José Chatruc, a los 25 minutos del segundo tiempo. Los otros goles, que también se produjeron en la segunda parte, los hicieron ambos de cabeza y de muy buena factura, Maximiliano Estévez, para el local, y Alberto Godoy, para un Huracán que no mereció la derrota.
El primer tiempo se desarrolló con Racing dispuesto al despliegue y al combate, todo corazón como cuando obtuvo el torneo Apertura, y con Huracán más dispuesto para manejar la pelota, mediante Daniel Montenegro y Luis González. Adelante se notaba que a los dos les falta definición y por eso la parcialidad anfitriona desconfiaba de Maxi Estévez y Huracán dependía en demasía de una acción preparada durante la semana, de algún corner o tiro libre. El equipo de Miguel Brindisi tuvo su chance de penal –agarrón de Bedoya a Lobos– pero el remate del uruguayo Sebastián Morquio rebotó en el poste izquierdo. Fue un primer período de escasas emociones en el que recién a los 14 minutos Racing dispuso de su primera oportunidad: Estévez tiró sobre el travesaño; pero la mejor fue de Chatruc para Gustavo que se demoró y perdió en el mano a mano. Huracán, casi nada excepto el penal.
En la segunda parte, por el contrario, bajo la lluvia, hubo goles y alternativas cambiantes. Mucho mejor el comienzo de Huracán, que dispuso de varias opciones. Pero un cabezazo del pequeño Estévez sobre el cuerpo de Ríos adelantándose a Morquio le permitió a Racing ponerse en ventaja. Enseguida, un cabezazo cruzado y descendente de Godoy levantó el ánimo de Huracán pero una entrada penetrante de Chatruc tras toque de Milito fue suficiente para darle a los de Reinaldo Merlo la cuarta victoria consecutiva.
Huracán –con un Montenegro inspirado pero que no pudo concretar– mereció más suerte. Racing lucha, gana y se entusiasma. Huracán resta, se preocupa por el promedio y también por la lesión de rodilla que sufrió Lucho González.