El primer sismo en la era de Barros Schelotto sucedió en la noche del jueves, y tuvo como protagonista a una de las estrellas de Boca: Daniel Osvaldo. El delantero provocó malestar en la intimidad del plantel con ciertas actitudes, y el club tomó ayer la decisión de rescindirle el contrato. El futbolista tuvo una reacción antideportiva y una airada discusión con el entrenador, que sucedió minutos después del empate con Nacional, en Montevideo, por los cuartos de final de la Copa Libertadores. Osvaldo tenía firmado un vínculo con la entidad hasta diciembre del año que viene.

El hombre surgido en Huracán, de 29 años, ingresó en el empate frente a los uruguayos cuando faltaban cinco minutos para el final del partido, en reemplazo del cordobés Cristian Pavón, y una vez que finalizó el encuentro salió rápidamente hacia el vestuario, visiblemente fastidiado, y no se quedó con sus compañeros a saludar a los más de tres mil hinchas visitantes que acudieron al Gran Parque Central.

El delantero fue sorprendido fumando por el técnico, en el interior del vestuario, lo que llamó la atención a todos los presentes, y quedó expuesto delante del resto de sus compañeros. El conductor, uno de los máximos ídolos de la historia de Boca con 16 títulos obtenidos en el club durante su etapa de futbolista, organizó rápido una reunión con el capitán Daniel Díaz, el subcapitán Carlos Tevez y el arquero Agustín Orion.

Barros Schelotto, flanqueado por su hermano Gustavo, le adelantó a los tres referentes que el ciclo de Osvaldo estaba terminado y que pediría su separación del plantel, ante la mirada atónita del resto.

“Me sentí bien, los cinco minutos finales me sentí bien”, declaró Osvaldo al final del partido, con mucha ironía, a la cadena Fox Sports. Osvaldo comenzó a tener problemas mientras hacía el calentamiento previo con el resto de los suplentes, cuando era increpado por los hinchas de Nacional, ubicados en la platea Daniel Delgado. El delantero no tuvo mejor idea que gritarles en la cara a los hinchas el gol del colombiano Frank Fabra, y eso originó que los plateístas le arrojaran monedas, encendedores y otros objetos que el propio jugador le acercó al cuarto árbitro como muestra.

Javier Valdecantos, preparador físico del plantel, en tanto, se acercó al sector de plateas para pedir disculpas, mientras Gustavo Barros Schelotto alejó a Osvaldo del lugar para que no siga adelante en su intercambio con los hinchas. Osvaldo ingresó sobre el final en reemplazo de Pavón y apenas tocó un par de pelotas, mostrándose más molesto que de costumbre en su reaparición oficial en el club, luego de casi dos meses.

Osvaldo, quien en el último año ocupó las portadas de los diarios por temas extrafutbolísticos, se sumó a Boca en enero último, luego de estar seis meses en Porto de Portugal, donde jugó muy poco. El delantero tuvo en Boca cuatro meses aceptables, entre febrero y junio del año pasado, pero lo que vino después no fue lo esperado. El ex entrenador Rodolfo Arruabarrena insistió en su regreso, pero Barros Schelotto no toleró su falta de profesionalismo y tomó la primera decisión fuerte bajo su mando.