DEPORTES › OPINIóN
› Por Juan José Panno
Los hinchas de San Lorenzo querían a Bauza, a quien le agradecerán eternamente la Copa Libertadores tan deseada. Los de River querían al Pelado Díaz, el DT más ganador en la historia del club. Los periodistas de los medios sensacionalistas también lo querían a Díaz, porque es tan fanfarrón que siempre da títulos y arma algún bardo. Los de Boca querían a cualquiera, menos a Díaz. Messi quería a Sampaoli o a Bielsa, pero Sampaoli y Simeone no quisieron salir de la protección de sus conchabos y Bielsa es menos loco de lo que parece. Los amigos de Russo querían que fuera él. Caruso Lombardi se tiró a la pileta pero no había agua. Bianchi se anotó de última pero no tuvo quórum. Los sponsors querían que fuera cualquiera que garantizara que Messi va a volver a jugar. Los dirigentes de la AFA no se sabe muy bien qué querían, pero sí sabían que se agotaban los tiempos del absurdo casting del que participaron entre otros Fernando Niembro y Santo Biasatti.
Finalmente, se confirmó ayer que Edgardo Bauza es el hombre que va a poner sus patonas sobre la mesa para hacerse cargo de la selección nacional. Habemus DT. No es lo ideal, seguramente, pero es lo que hay y dentro de lo que hay.
El hombre tiene virtudes y defectos, como cualquiera. Es serio, laburante, comprometido con su tarea, parece parco, pero se suelta en la intimidad y puede resultar muy gracioso, tiene un pasado socialista que no se condice demasiado con un estilo conservador que lo ha caracterizado en los últimos tiempos. “Con su forma de juego ganó dos Libertadores”, dicen quienes lo apoyaban. “Con la Selección argentina hay que ir al frente” , dicen los que lo miran con desconfianza.
Bauza sabe que llega como Plan B o C o D y tal vez eso sirva para engordarle el orgullo de querer demostrar que puede, que es menos amarrete de lo que se dice y que con un plantel de buenos jugadores puede obtener excelentes resultados. El tiempo no le sobra. Lo primero que debe hacer es convencer a Messi, tal como lo requiere el show business y el gusto de los hinchas. Seguramente Messi va a querer saber si lo van a obligar a resolver solo (como en la final ante Chile) o si lo van a rodear de jugadores con vocación ofensiva. Sin Messi no se le va a cuestionar un esquema menos audaz, más cauteloso, que reduzca los riesgos en los partidos próximos, contra Uruguay el 1º de septiembre en Mendoza y contra Venezuela, de visitante, el 6.
Bauza nunca dirigió una selección, pero conoce del tema como jugador: estuvo en el plantel de Menotti , aunque no viajó, y estuvo con Bilardo en el 90, viajó, pero no jugó.
Muchos años después de aquellas experiencias, la Selección Nacional aparece en su camino. Hay que abrirle un crédito, naturalmente. Y desearle suerte.
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