DEPORTES
› CUANDO SAN LORENZO VENCIA 1-0 A RIVER
Un petardo detuvo el partido
La barbarie y la irracionalidad pudieron prevalecer una vez más por sobre el juego. En este inicio de 2004, las miserias que corroen el fútbol volvieron a presentarse como condicionamiento primario en un espectáculo. Ni siquiera un torneo estival quedó exento de unos irresponsables que terminaron perjudicando a la gran mayoría. River y San Lorenzo pretendían darle forma a su nuevo ciclo, pero se vieron impedidos por la misma gente que sigue manteniendo en vilo a toda la sociedad. El árbitro Daniel Giménez suspendió el encuentro a los 32 minutos del primer tiempo, después de que explotara un petardo en el área del arquero Ramírez, proveniente de la tribuna destinada a los seguidores de River.
Unos minutos antes, exactamente a los 19, Giménez detuvo el partido debido a las piedras que habían caído también cerca del arquero de San Lorenzo. La advertencia fue clara de parte del juez: “Cae una piedra más y se termina”. No se necesitó que fuera otra piedra. Para el operativo de seguridad estaban designados más de 300 policías...
Como siempre, después aparecieron las palabras. El propio árbitro fue terminante: “¿Qué quieren, que maten a un jugador?”, dijo enérgicamente. Los protagonistas también entendieron la determinación de Giménez. Ramírez señaló que “caían piedras grandes que me podrían hacer un corte profundo. Está bien que haya suspendido el partido”.
Néstor Gorosito opinaba: “Es lamentable, pero Giménez tiene razón”. Uno de los que tenía muchas expectativas por su regreso a una cancha luego de siete meses, Claudio Husain, apuntó a “la organización, ellos son los que tienen que cuidar estas cosas. El árbitro hizo la advertencia y está bien que pare el partido”.
Un poco después del mediodía, alrededor de 25 simpatizantes de San Lorenzo fueron demorados durante dos horas en el puesto de control de Arco de Desaguadero, en el límite con San Luis, debido a que en el vehículo que se trasladaban a Mendoza la policía encontró cocaína y marihuana. Cuando se desató la locura, San Lorenzo estaba ganando con un gol de Luna, luego de aprovechar un rebote en el arquero Costanzo.