DEPORTES › UN PROYECTO DE LEY BUSCA QUE LOS CLUBES PUEDAN SER COMPRADOS POR CAPITALES PRIVADOS
El gobierno nacional avanza con su idea de imponer un cambio estructural, reflotando un viejo deseo que Mauricio Macri no pudo llevar adelante cuando fue presidente de Boca. Hay un antecedente en el Congreso: en el 2000 el ex senador tucumano José Carbonell presentó una norma que calcó mucho de la Liga Española.
› Por Gustavo Veiga
No es la mano invisible del mercado. Tampoco la mano que mece la cuna. Es la mano del gobierno nacional la que está detrás de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Un proyecto de ley que todavía no ingresó al Congreso será la herramienta para crearlas. Tiene un antecedente notorio que data del 2000 y perdió estado parlamentario en 2002. Lo presentó el ex senador tucumano José Yayo Carbonell. Precursor, este político peronista cercano a Sergio Massa y presidente de la Federación Argentina del Citrus lo ingresó a la Cámara alta hace poco más de dieciséis años. La idea de alentar la transformación de los clubes en SA vuelve hoy con más fuerza porque el presidente Mauricio Macri no pudo lograrlo desde el fútbol cuando conducía Boca Juniors. Si se repitiera la mecánica con que el oficialismo estimuló la Superliga – por ahora congelada pero no desechada–, no sería descabellado que la iniciativa parlamentaria de Carbonell fuera copiada. Para armar su estatuto se calcó en buena medida al de la Liga Española. La propuesta ya generó consultas con dirigentes de instituciones importantes, incluso desde la oposición a Cambiemos.
El artículo 1° del proyecto de ley girado a las comisiones de Legislación General y Deportes en el 2000 decía: “Las asociaciones o entidades civiles autorizadas a funcionar como personas jurídicas podrán desarrollar una o más disciplinas deportivas de carácter profesional a través de una Sociedad Anónima Deportiva (SAD), la que se constituirá con terceros a ese efecto. Dichas Sociedades Anónimas Deportivas se sujetarán al régimen general de la Ley de Sociedades Comerciales 19.550 y sus modificatorias…”
La propuesta de Carbonell tenía 39 artículos y ocupaba diez carillas. Hasta donde pudo averiguar Página/12 es una referencia inevitable que el proyecto oficialista tomará en cuenta. Lo central de aquel proyecto de Carbonell estaba contenido en el artículo 9° bajo la denominación de Prestación accesoria. Se trata del derecho exclusivo otorgado por los clubes a las SAD “de participar en competencias profesionales organizadas por la asociación, federación, confederación o liga de la disciplina deportiva profesional incluida en el objeto social; el derecho a la denominación del equipo; los derechos económicos de transferencia y de disposición de los jugadores profesionales que integran su plantel representativo en los torneos nacionales como internacionales, incluyendo los derechos de registrar las altas y bajas de dichos jugadores a nombre de la asociación o entidad civil respectiva…”
Pero además, “el derecho al uso de logotipos, nombres, denominaciones, escudos, emblemas, insignias, colores y cualquier otro signo distintivo que identifique en su actuación deportiva profesional a la asociación o entidad civil, el derecho al uso de los estadios, gimnasios e instalaciones complementarias y accesorias; los derechos de televisión, radio, cine, publicidad y de cualquier otro medio de comunicación oral, radial, gráfica, televisiva, satelital en su diversas manifestaciones y ámbitos de aplicación nacional e internacional”. En una línea: todos los recursos de un club.
El diputado nacional del Frente para la Victoria, Juan Cabandié, a una consulta sobre el tema respondió: “No hay nada presentado oficialmente en el Congreso, pero sabemos que el Gobierno está trabajando en el proyecto”. El presidente de San Lorenzo, Matías Lammens, le confirmó a este diario: “Me consultaron del Frente Renovador qué opinaba sobre las sociedades anónimas y sé que el proyecto del Ejecutivo va a ingresar en cualquier momento”. El dirigente es crítico de las SAD, como la mayoría de sus pares del fútbol. Pero la Casa Rosada ahora está ocupada por alguien que quiere torcerles el brazo. Con el valor agregado de superar un viejo fracaso. El 20 de julio de 1999 Macri perdió por nocaut cuando llevó al Comité Ejecutivo de la AFA su idea de las sociedades anónimas. Lo desarmaron los argumentos del ex presidente de River, José María Aguilar. El mismo que hoy no puede volver al estadio Monumental por la mala imagen que dejó en el club.
Alejandro Korz es vicepresidente de Atlanta y abogado. Recuerda que “nosotros manejábamos la versión de que habían cajoneado el proyecto. Pero me parece que van a elegir el momento para aprobarlo, reflotar la Superliga y meterle mano al estatuto de la AFA”. Cuando llegue ese instante el jefe del bloque oficialista de Diputados, Nicolás Massot, llevaría la iniciativa al Congreso.
Carbonell, adelantándose a todos, presentó su proyecto cuando Macri llevaba cuatro años y medio al frente de Boca. Contenía artículos como el 2°, que depositaba en las SAD la atribución de otorgar “derechos o preferencias especiales a favor de los socios de las respectivas asociaciones o entidades civiles para asistir a los eventos o espectáculos que aquellas organicen, a los fines de estimular y favorecer su participación”. O el 7°, que podía conceder a esos asociados el “derecho de preferencia para la suscripción de las acciones en el acto de constitución de las SAD, cualquiera fuere la categoría de socio a la que pertenecieren”.
El artículo 10°, si fuera replicado ahora, se convertiría en la puerta de entrada a los clubes para los capitales foráneos. Decía que podían ser accionistas “personas físicas o jurídicas argentinas y personas físicas o extranjeras con domicilio en la República que no superen cada una de ellas el 25 por ciento del capital social”. El proyecto del ex senador también creaba en su artículo 28° un Departamento Especial de Sociedades Anónimas Deportivas para que funcionara en la IGJ con el asesoramiento de ambas Cámaras del Congreso, la Secretaría de Deporte, la Confederación Argentina de Deportes, el Comité Olímpico Argentino y la AFA.
La letra muerta de esta norma perdió estado parlamentario, pero hoy puede transformarse en la piedra filosofal del Gobierno. Aggiornada, permitiría nuevos negocios en el fútbol para empresarios de por acá y más allá. Algunos vienen de China. En Europa ya controlan doce clubes por partes o en su totalidad. Milan, Inter, Manchester City, Aston Villa, Atlético Madrid y Niza son de su escudería. También quieren invertir en medios argentinos y ponerle su nombre a la mítica Bombonera. En 2014 el Consejo de Estado del gigante asiático aprobó estímulos para la industria deportiva. No falta mucho para descubrir quiénes se beneficiarán de la ley que impulsan desde Balcarce 50. Los socios no son. Los legítimos dueños de clubes centenarios serán los últimos en ser consultados.
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