Bajo una intensa lluvia, Racing igualó 1-1 en Avellaneda ante Talleres, en el regreso del equipo cordobés a la elite del fútbol. Esta vuelta despertaba tantas expectativas como ver si la Academia mejoraba la pálida imagen que dejó en Salta, en el triunfo 2-1 ante Olimpo por la Copa Argentina, que deparó dichos, contradichos y entredichos puertas adentro entre el plantel y el cuerpo técnico encabezado por Claudio Ubeda, que todavía no se sabe si es interino o definitivo.

Las especulaciones tácticas quedaron en la nada porque el campo de juego imposibilitaba jugar, tanta era la cantidad de agua acumulada. De salida, el equipo de Avellaneda pareció adaptarse mejor a esas condiciones y llegó tres veces con pelota parada. Sin embargo, en su primer intento ofensivo, Talleres logró la ventaja. Palacios se la llevó por la derecha, hizo la pausa y mandó el centro al primer palo. Era pelota de Orion. El arquero, que debutaba en el Cilindro, fue a buscarla abajo. Pero la pelota se le escurrió entre las piernas y Talleres se puso 1-0.

Empujado por la hinchada, el conjunto de Ubeda fue por el empate, Pero como era imposible armar jugadas a ras del piso, insistió con el recurso de los centros, pero no obtuvo resultados. Mientras Racing multiplicaba los embates, los dirigidos por Kudelka se retrasaron para responder de contragolpe, básicamente por el lado de Palacios, que con su velocidad superaba con facilidad a Grimi. Entonces, entre uno que no hallaba los caminos y otro que esperaba el segundo error, el partido se hizo anodino. En este panorama, Palacios tuvo la chance más clara de todo el primer tiempo: se la llevó en velocidad, enganchó en el área para hacer pasar de largo a Videla y remató al arco para el lucimiento de Orion, que la sacó por arriba del travesaño.

La abundante lluvia condicionó también el complemento. La imposibilidad de trasladar el balón imponía los pelotazos y los centros, además de la esperar del error adversario. Así llegó el empate de Racing. Hubo una falta sobre Romero, Acuña pateó el tiro libre con mucha rosca, fueron a buscar Vittor y López, pero ninguno la tocó, tampoco el arquero Herrera que la vio meterse sin poder hacer nada.

Conseguido el 1-1, los de Avellaneda se animaron a buscar la victoria. Estuvieron muy cerca a los 76 minutos, cuando el ingresado Martínez habilitó al Licha López, que definió alto ante Herrera. Minutos después, Martínez no pudo cambiar por gol una guapeada de López. Por su parte, Talleres pareció conformarse con el punto, y jugó un segundo tiempo flojo, sin inquietar ni siquiera esporádicamente, como lo había hecho en la primera etapa. No pudieron quebrarse otra vez y el reparto reflejó la paridad, que sobre todo impuso el agua, que tuvo tanto protagonismo como los jugadores.