Mar 03.02.2004

DEPORTES

“No tengo que cambiar porque el fútbol es igual en todas partes”

Juan Román Riquelme mantiene intacta su filosofía y su visión del juego, pese a todo lo que vivió en un año y medio en España, aunque admite que nunca llegó a recuperar el nivel que mostró en Boca.

Por Cayetano Ros*
Desde Valencia

Dos veces se iluminó la pecosa cara a Juan Román Riquelme durante la entrevista en la ciudad deportiva del Villarreal. Primero, cuando se le nombró a Mario Kempes; después, cuando se le preguntó por Florencia y Agustín, sus hijos, a los que venera. Los ojos de Riquelme, de 25 años, desprenden tanta ternura que resulta difícil hacerle preguntas incómodas.
–¿Qué le hace más feliz en una cancha?
–Que si yo quiero que la pelota vaya a un lugar, me salga bien. Y también dar un pase a un compañero para que marque; me gusta más que marcar yo.
–Kempes le recomienda que pase una temporada más en el Villarreal. ¿Está de acuerdo?
–Tengo un contrato con el Villarreal de dos años, pero pertenezco al Barça hasta el 2007. Lo bueno es que el presidente, Joan Laporta, entendió que para mí era muy importante tener la decisión y lo aceptó.
–Bajó su rendimiento últimamente. ¿Por qué?
–Yo estaba sorprendido de cómo venía respondiendo. Lo venía hablando con mis compañeros. Porque no hice pretemporada y me tocó entrenarme en solitario en el Barça. Estoy jugando el campeonato sin hacer nada. El único entrenamiento que tengo es jugar todos los partidos que pueda. Estoy contento con mi rendimiento, pero el parate de Navidad me vino mal.
–¿No conduce demasiado el balón para jugar en Europa?
–El fútbol es igual en todas partes. Conseguí muchísimas cosas jugando así y no creo que lo vaya a cambiar.
–Pero Aimar sí ha tenido que cambiar.
–Aimar también fue un gran jugador en la Argentina. Las cosas que hace en España las hacía también en River y en la Selección, en la que compartí con él muchos partidos.
–En el Mundial juvenil, usted era la estrella del equipo y Aimar, aunque más joven, estaba por debajo. Ahora es al revés.
–Jamás pensé que yo era mejor que él. Y a la gente que yo quiero siempre le deseo lo mejor.
–Lo acusan de indolente y de retener el juego de su equipo.
–A todo el mundo no le va a gustar cómo juego. El único que gustó a todos es Maradona. Otro como él nunca habrá.
–Pero no le gusta correr.
–¡Yo corro como todos!
–¿Es de los que les disgusta entrenarse?
–No, para nosotros entrenarnos es casi como jugar, porque estamos todo el día con la pelota.
–¿Le falta mala leche?
–No entro a la cancha a lastimar a nadie sino a divertirme. Siempre pensé que el fútbol, ante todo, es un juego. Ojalá que hasta el último día me divierta y sea feliz. Cada uno juega al fútbol como lo siente. Y a mí me sale así.
–Sin mucha consistencia.
–Con pretemporada sería todo más fácil para mí.
–¿Recuperó las sensaciones que tuvo en Boca?
–Cada partido siento que voy a jugar y es muy lindo que mis compañeros y el cuerpo técnico confíen en mí.
–¿Pero ha alcanzado el nivel que tuvo en Boca?
–No, todavía me falta un poco para llegar al nivel que tuve allá, aunque este año tuve partidos muy buenos.
–¿Le faltó cariño en el Barcelona?
–Los hinchas me trataron muy bien.
–¿Y el club?
–Está viviendo un período de cambio y le va a costar unos años volver a ser el equipo importante que fue.
–¿Sufrió mucho en el Camp Nou?
–Me dañó que se dijeran tantas mentiras: que llegaba tarde, que andaba triste, que si salía... Si yo viví en un hotel tres meses y en la época de Louis van Gaal todos los jugadores teníamos un guardia de seguridad en la puerta para no salir, no entiendo que dijeran que salía.
–¿Cambió el nombre de su camiseta para borrar la mala experiencia del pasado?
–En Boca hice igual. Empecé jugando con el nombre de Riquelme, por mi padre, y después lo cambié por el mío.
–¿Qué relación mantiene con Carlos Bianchi?
–Hablamos muy seguido y me enseñó muchas cosas, tanto del fútbol como de la vida. Sabe manejar el grupo muy bien y tanto el que va a jugar como el que no, son queridos igual.
–En cambio, el seleccionador argentino, Marcelo Bielsa, no le da bola. ¿Por qué?
–Me tocó la Copa de América con Bielsa y después otros partidos. Hay muchísimos jugadores buenos en la Argentina.
–¿El mejor?
–Walter Samuel, de la Roma. Es el mejor defensor del mundo.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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