Dom 24.03.2002

DEPORTES

Menotti siempre está volviendo

Regresó al banco de suplentes, dirigiendo a Central, que venció 1-0 a Chicago en Mataderos. Renunciaron Brown y Enrique.

Si hubiera sido el argumento de una película, hoy estaría compitiendo por el Oscar al mejor guión. Tres cámaras de TV siguieron sus gestos durante todo el partido. Una docena de fotógrafos se arremolinaron en torno a su figura cuando se sentó, otra vez, en el banco de suplentes. Los flashes lo encandilaron. La seriedad dejó paso, sobre el final del partido, a la sonrisa. El paquete de cigarrillos consumido quedó a un costado. Volvió César Luis Menotti. Volvió a dirigir, y por primera vez a Rosario Central, allí dónde nació. Volvió a ganar. La victoria 1-0 sobre Chicago en Mataderos, en definitiva, significó la renuncia de la dupla técnica local, integrada por José Luis Brown y Héctor Enrique, dos discípulos de Carlos Bilardo.
A la hora del monólogo, la película fue la de siempre: un Menotti auténtico. “Fuimos más inteligentes en el segundo tiempo cuando las fuerzas se estaban acabando. Además, me encantó la intención del equipo de nunca traicionar una idea de fútbol para lograr la victoria. Leyeron bien el ancho de la cancha, y solucionamos el tema del peso ofensivo en el cual habíamos fallado en la primera etapa. De hecho, generamos cuatro situaciones claras para convertir, además del gol.”
Salió del banco en un par de oportunidades. En el primer tiempo, solo una vez, para darle instrucciones a Arias. En el complemento se levantó un par de veces, después del golazo de Luciano De Bruno, que liquidó el partido. Central ganó su segundo partido consecutivo tras cuatro derrotas consecutivas, en tanto Chicago extendió a seis las fechas que no gana, con dos empates y cuatro derrotas.
“El trabajo del segundo tiempo me dejó muy conforme –continuó el Flaco-. Si bien Cappelletti hizo diferencias por la derecha cuando entró en la mitad del segundo tiempo, él jugó con el sacrificio que ya habían hecho sus compañeros. Central tuvo personalidad para mantener la calma en los momentos adversos, cuando el rival pretendía llevarnos por delante y eso es para destacar.”
A diferencia de Menotti, vitoreado por los hinchas rosarinos, Brown y Enrique fueron constantemente insultados por un grupo de simpatizantes de Chicago. El cuestionamiento mayor tenía que ver con los cambios, especialmente con uno: Amaya (volante) por Borda (defensor). Chicago pasó a defender con tres hombres, lo que abrió la puerta al gol de Central. Porque hasta ese momento el conjunto rosarino había mostrado orden defensivo, intención de tocar, pero pocas virtudes ofensivas.
La dupla dimitió cuando el presidente del club, Juan Angel Guerra, se acercó para manifestarles el respaldo de la comisión directiva. “Hay un grupo que no entiende de fútbol y no merece ser hincha de Chicago, que siempre nos insulta”, explicó Enrique, quien junto a Brown tuvieron que dejar el estadio por una puerta lateral. Osvaldo Sosa es el principal candidato a reemplazarlos.
Vuelta a Menotti. “La pasión es la que le permite al fútbol no morir, el hincha que junta peso por peso la entrada para vivir alegrías o tristezas en la cancha”, señaló, antes de referirse a la crítica situación del país. “Lo que estamos viviendo hoy es muy difícil. Estoy convencido de que el joven argentino sufre hoy el desencanto de chocar contra esta realidad y el fútbol no está ajeno porque, feliz por una victoria, el futbolista llegará a su casa y se encontrará con su padre desocupado. Como todos quiero un país mejor”, explicó.
Para los títulos del cierre de esta película, Menotti eligió música de tango. “Parafraseando al Gordo Troilo, me parece que yo nunca me iré del fútbol, por lo que nunca volveré.” Fin.

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