Vélez había planeado una gran fiesta para la Copa Libertadores, contratando a José Luis Félix Chilavert para que le honrara el arco durante el torneo continental. Pero hasta ahora los planes no se han cumplido. Porque, a diferencia de lo que sucede en el Clausura local, que lidera, el equipo que dirige Carlos Ischia todavía no ha podido ganar en la Copa, con el paraguayo entre los tres palos, y después de haber empatado con el Maracaibo en Liniers, ayer perdió en Maldonado ante Fénix de Montevideo, que curiosamente revivió en el complemento y dio vuelta un partido que el equipo argentino iba ganando en el primer período, después de que Santiago Bianchi abriera el marcador tras un cuarto de hora.
Con este resultado, Vélez quedó con una sola unidad en el Grupo 2 de la Copa, junto al Maracaibo, que anoche perdió 2-1 con el Once Caldas. Los colombianos, próximos rivales del equipo argentino, lideran la zona con 6 puntos y Fénix es el escolta con tres.
El partido fue de trámite cambiante ya que, tras un mejor primer tiempo del equipo velezano, impulsado por un sólido mediocampo donde se destacó por su fuerza Jonás Gutiérrez y el oportunismo de Bianchi para usufructuar en la red un error de la defensa local, Fénix emparejó las acciones en la segunda etapa.
La inclusión en el segundo tiempo de Carini tonificó a la delantera local y Vigneri, recostado por la derecha de la ofensiva, creó situaciones de riesgo para los velezanos.
Los uruguayos tuvieron algunas oportunidades que no supieron definir ante el experimentado Chilavert, quien se mostró lento para reaccionar ante el tiro libre de Rodríguez, un empate que sirvió de estímulo a los conducidos por Antonio Alzamendi.
En los minutos finales, el partido se hizo abierto y la victoria estuvo para cualquiera de los dos protagonistas, pero fue el oportunismo de Carini el que puso cifras definitivas cuando se bajaba el telón.
Valdemarín, quien en el segundo tiempo había ingresado por Bianchi, metió un cabezazo en tiempo de descuento, que pudo significar la igualdad, la que no llegó por la oportuna atajada del arquero uruguayo Ignacio De León, también figura importante del partido.
Fénix fue más ambicioso y ahí estuvo la justificación de la victoria, aunque Vélez arañó el empate, y ese resultado no habría sido del todo injusto.