DEPORTES
› CONSEJO INGLES PARA FANATICOS DEL DEPORTE
Ver el superclásico antes de morir
“No hay que morirse sin ver un Boca-River.” La frase no pertenece a un fanático hincha argentino, sino que es parte de un artículo publicado el pasado domingo por el The Observer inglés, que prescribe 50 acontecimientos que un aficionado al deporte no debería perderse en su vida. El superclásico argentino es el espectáculo que encabeza la nota, aunque se aclara que el orden es arbitrario y no sigue ningún orden de importancia.
De acuerdo con la publicación, un Boca-River es el partido más intenso del fútbol latinoamericano y destaca el ambiente “extraño” que se vive en la Bombonera. “Es una combinación de color, ruido y energía”, señala el informe, “en Buenos Aires, la ciudad con más alta concentración de clubes de fútbol en el mundo”. La recomendación de ver un superclásico al menos una vez en la vida está firmada por Gavin Hamilton, editor de la revista World Soccer, que también hace una breve reseña sobre los orígenes de ambos equipos y remarca que por Boca y River han pasado las principales figuras del fútbol argentino. Para que los datos sean completos también entrega información sobre el valor de las entradas y la forma de adquirirlas.
Otros clásicos que aparecen recomendados como para no perderse, pero que no figuran entre los cincuenta hechos que hay que ver antes de morirse, son Celtic-Rangers, Barcelona-Real Madrid, Inter-Milan, Galatasaray Fenerbahce y el derby del El Cairo, entre Zamalek y Al Ahli, el partido más importante de Africa.
El listado total marca varias citas imperdibles. Debajo del Boca-River se recomienda manejar, con un auto particular, una vuelta en el circuito de Montecarlo. El tenista británico Tin Henman describe las sensaciones de ver un partido en la cancha central de Wimbledon, mientras que el actor Jack Nicholson recomienda asistir a un partido de Los Angeles Lakers en el Staples Center, rodeado de estrellas de Hollywood. El golfista británico Nick Faldo aconseja estar en el presente en el hoyo decisivo del Masters de Estados Unidos, torneo que ganó en tres ocasiones. Concurrir a la final de un Mundial de Fútbol, a la carrera de los 100 metros llanos en los Juegos Olímpicos y a un Superbowl también se encuentran en la nómina.
Entre algunas excentricidades figuran jugar una partida de poker por un millón de dólares o polo con elefantes en Nepal, contratar a una figura del deporte para que haga un discurso después de la cena, ver sumo en Corea del Sur o jugar en la cancha de golf particular del alemán Bernhard Langer, construida sobre terreno volcánico en las Islas Mauricio.