Con más amor propio que ideas, Boca sacó a relucir su experiencia en Lima ante el Sporting Cristal, que lo vencía 2-1, y faltando sólo diez minutos dio vuelta el marcador para terminar 2-3, con dos golazos de José María Calvo y de Guillermo Barros Schelo-tto. Los boquenses habían abierto el marcador por intermedio de Carlos Tevez, mientras que Luis Bonnet y Henry Quinteros anotaron para los peruanos.
El trámite arrancó parejo. El Sporting Cristal parecía más dispuesto a luchar en la zona de volantes y se resignaba a enviar centros a sus delanteros. Boca buscaba llegar por abajo, utilizando a Tevez o al Mellizo para aguantar la pelota, pero no encontraba la profundidad como para inquietar seriamente al arquero Roverano.
Las primeras llegadas fueron a través de jugadas de pelota detenida: remates anunciados al arco que apenas pasaban cerca. Recién a los 20 minutos ocurrió la primera situación de peligro, un tiro libre que ejecutó Quinteros y luego peinó el argentino Luis Bonnet: la pelota pasó cerca del palo izquierdo de Caballero.
Por el lado de Boca, Tevez tuvo una muy buena oportunidad al quedar prácticamente en la puerta del área, mano a mano con el arquero. Pero falló en la definición, con un remate que se le fue apenas desviado. Después intentó Barros Schelotto con un disparo de media distancia, que también pasó cerca del arco.
El partido era de ida y vuelta. Boca llegaba con un poco más de claridad que el Sporting Cristal, obligando a los peruanos a jugarse demasiado en la marca y a cargarse de faltas. Las primeras tarjetas que sacó el árbitro chileno Rubén Selman apaciguaron rápidamente los ánimos. Boca volvió a llegar con un tiro libre ejecutado por Cascini, que el colombiano Vargas logró conectar de cabeza por encima del ángulo izquierdo del arco de Roverano. Los peruanos buscaban todo por arriba y no encontraban nada.
Tras una doble combinación entre el capitán Cagna y Clemente Rodríguez, Tevez abrió el marcador con un derechazo, recibió solo un centro atrás del lateral, que se coló entre las piernas del arquero local.
Con la ventaja, el conjunto de Bianchi eligió bajar el ritmo. Los peruanos no se quedaron quietos: Caballero despejó con los puños un tiro al arco de Quinteros, pero nada pudo hacer después cuando, tras un corner de Quinteros, Bonnet peinó la pelota al segundo y puso el 1-1. Antes de hacerse a la idea, el Sporting volvió a golpear con un violento remate de media distancia de Quinteros que se metió frontal por debajo del travesaño.
En la segunda parte, con el resultado en contra, Boca salió con el corazón herido y le costó afianzarse. Con los locales parados muy atrás, se acomodó y consiguió el control casi monopólico de la pelota, aunque evidenciaba demasiadas fallas en las tarea de definición. El Cristal pensaba más en el contragolpe y por esa vía tuvo varias chances, ninguna demasiado peligroso.
De un gran pase de Donnet para Calvo –tras el acierto de Bianchi de ponerlos por Villarreal y Jerez, muy flojos por la derecha– nació el empate; el lateral entró solo por su franja y sacó un remate cruzado que se metió al segundo palo del arquero.
De no creer: Boca aprovechó el momento de duda de los locales y ya en el último minuto el Mellizo recibió de Cascini en la media luna y picó la pelota sobre el cuerpo del arquero Roverano, que estaba un poco adelantado, para poner el encuentro 3-2 y llevarse una victoria tan importante como sufrida.