Hace un mes, River estaba a seis puntos de distancia de Boca. Ahora, tras la victoria en el superclásico, y especialmente después de mirar el fixture de lo que queda del certamen, vuelve a creer en sí mismo y en la posibilidad de ganar el título.
El tanto de Fernando Cavenaghi en el peor partido del equipo de Carlos Bianchi en los últimos años puso a River en la cresta de la ola, cuatro meses y medio después de que se hiciera cargo de la dirección técnica Leonardo Astrada.
Si el Clausura se ha transformado en una carrera mano a mano entre River y Boca, el programa de las cinco fechas que quedan por disputarse parece hacerle un guiño al nuevo líder. Es cierto que tendrá que visitar a Racing en Avellaneda y a Talleres en Córdoba, pero en la última fecha juega de local contra Rafaela, que acaso en ese momento pueda estar descendido.
En cambio, Boca tiene un duro compromiso el domingo visitando a Quilmes, una de las sorpresas de la temporada; tendrá que viajar a Bahía Blanca para enfrentarse con Olimpo, que lucha para salvarse del descenso. El partido de la última fecha contra San Lorenzo, como visitante, es, sin dudas, más arduo que el que afrontará River el mismo día. Tanto Quilmes como San Lorenzo precisan los puntos para entrar a las copas sudamericanas.
La sensación generalizada es que si ambos equipos van a sufrir rotaciones para atacar el Clausura y la Libertadores, el técnico de Boca está más determinado que el de River a darle prioridad al torneo continental, lo que puede resentir aún más el nivel del equipo en este tramo final del Clausura.
La diferencia se advierte, incluso, en las bajas que sufrirán unos y otros tras las expulsiones en el superclásico. Clemente Rodríguez sería sancionado con cuatro partidos de suspensión, de acuerdo con el informe presentado por el árbitro Sergio Pezzotta, donde consta que el futbolista lo insultó a la finalización del partido. Eduardo Tuzzio y Carlos Tevez serían suspendidos por dos fechas por “agresión por detrás sin pelota a un rival”, pero es obvio que Boca sentirá más la ausencia de su armador que River la del zaguero. José María Calvo sólo recibirá una fecha, ya que fue expulsado por doble amonestación.
“Faltan cinco fechas, el torneo todavía es largo –apuntó la figura del clásico, Maxi López–. Este jueves tenemos otra parada difícil, frente al Deportivo Cali en el Monumental, donde tenemos que hacer una buena diferencia para viajar tranquilos a Colombia.”
“No nos podemos relajar, creo que no tenemos que desconcentrarnos con relación a nuestros objetivos, que son el torneo local y la Copa Libertadores. Creo que la meta está en no relajarnos y seguir metidos en lo que viene, y que el triunfo ante Boca sea un envión anímico”, dijo Marcelo Gallardo tras el entrenamiento de ayer en el estadio Monumental.
“Ahora lo que hay que hacer es mantener la punta del Clausura”, señaló el volante, que reconoció: “Si bien no fue una actuación brillante, descomunal, fue más que nada una actuación inteligente. Planteamos el partido de manera inteligente, hicimos lo que teníamos pensado hacer al pie de la letra. Jugamos con personalidad, teníamos que hacer el partido que todos estábamos esperando para dar el gran salto de calidad”.
Pero, pasado este superclásico, River y Boca miran con ansiedad lo que puede venir en la primera quincena de junio: la semifinal de la Libertadores que los enfrentaría. “Ojalá juguemos con Boca en la Copa –deseó ayer Claudio Husain–. Eso nos servirá para demostrar que lo de ayer (por el domingo) no fue suerte y que estamos para cosas grandes.”
El próximo jueves, Boca jugará con Sao Caetano en Brasil y River recibirá al Deportivo Cali. Si ambos superan los cuartos de final, se medirán los miércoles 9 y 16 de junio.