Caía la tarde en Casa Amarilla, mientras los jugadores de Boca terminaban la práctica vespertina, ejercicios con pelota, que el técnico Miguel Brindisi siguió con atención. Ya nadie hablaba del pase de Martín Palermo, que en las primeras horas del día se daba como derrumbado, debido a una cláusula de productividad que los dirigentes querían imponer al delantero para no correr riesgos en caso de una posible lesión. Pero de pronto, como un trueno, sonó la bomba: Palermo estaba en el club, a escasos cien metros del complejo deportivo, poniendo la firma para jugar en Boca. La operación se cerró así: Boca le pagará al goleador un millón de dólares, 900 mil por el cincuenta por ciento del pase y 100 mil en concepto de prima; dentro de un año, si pretende seguir contando con el delantero, tendrá opción y prioridad para adquirir la otra parte del pase en poder del jugador.
Corridas para un lado y para otro, de Casa Amarilla a la Bombonera, atravesando el playón del estacionamiento y viceversa, recién se lo pudo ver al delantero cuando, en el hall de los vestuarios y oficinas del complejo deportivo, intercambiaba algunas palabras con Brindisi; apenas presentados por el vicepresidente Pedro Pompilio y el dirigente José Beraldi, encargado del departamento de fútbol y principal gestor en la repatriación del ex jugador del Villarreal, Betis y Alavés.
La sonrisa del entrenador, que por la mañana había sido sorprendido por la presencia entre sus jugadores de una cara nueva, que no se trataba de unos de los refuerzos solicitados (ver aparte), lo decía todo. Con Andrés Guglielminpietro, Cristian Traverso, Aníbal Matellán, Martín Palermo y la posibilidad de que también vuelva Hugo Ibarra (hasta ayer estaba difícil), Boca se reforzó bien como para encarar la gira que el equipo realizará por Estados Unidos, Japón e Inglaterra y para las competencias oficiales, el Apertura y la Copa Sudamericana.
–¿Sos el mismo jugador que el que se fue a Europa hace cuatro años? –le preguntó Página/12 al goleador.
–Eso tendré que verlo con el correr de los partidos y los entrenamientos, con volver a enfrentarme a los equipos que hace mucho tiempo no enfrentaba y que tienen otros jugadores. Tendré que adaptarme a todo esto, pero creo que cuando agarre ritmo seré el mismo de siempre. El jugador no se olvida de hacer goles o de correr o de hacer lo que uno sabe hacer dentro de una cancha.
Palermo siguió respondiendo en la rueda de prensa, tras dialogar con el entrenador y saludar en el vestuario a sus viejos y nuevos compañeros de equipo:

- “Estoy contento, más allá de las negociaciones previas, que fueron un poco difíciles. Acá me siento como en mi casa. Sabía del interés de los dirigentes y mi intención era volver, por eso se llegó a este final. La buena intención de llegar a un acuerdo estaba por ambas partes. Quizá se dilató un poco, pero se hizo y estoy muy contento”.

- “Ultimamente venía jugando. Jugué los últimos 16 partidos del Alavés, hice dos goles. Vengo de unas vacaciones, pero tendré tiempo para entrenar y ponerme bien, al tope físicamente; así que estoy a disposición del cuerpo técnico para alcanzar un nivel de competencia más elevado”.

- “Sé que Brindisi salió campeón con Independiente con un gran juego y que tiene las cosas claras y un grupo de jugadores óptimo para que las cosas salgan bien y se pueda conseguir algo importante. El estaba convencido de que el delantero tenía que ser yo y me dijo que confiaba en mi llegada, a pesar de los rumores sobre otro delantero”.

- “No sé si este es el mejor momento para volver, pero desde el primer día que me fui de Boca, Mauricio (Macri) siempre intentó que volviera. Por eso, creo, la negociación se encaminó como para que ambas partes estemos de acuerdo, con ganas: yo estaba convencido de volver y los dirigentes de que volviera”.

- “Volver a entrar a la cancha de Boca seguramente será muy especial. Lo que pasó quedará en el recuerdo y en la historia de Boca. Vuelvo al club con la intención de seguir dándole cosas”.

- “Mi paso por Europa no fue bueno. Pensé que iba a ser diferente, pero no tuve la suerte de jugar en un grande, pero lo que pasó, pasó. Hoy vivo el presente, otra situación. Lo que pasó lo dejo ahí, quiero disfrutar del fútbol, de lo que hago”.

- “No me siento presionado. En esta nueva etapa las presiones van a ser tener que conseguir títulos. Eso es una obligación en Boca, pero no va a ser diferente a lo que viví en años anteriores”.