Por Carlos Werd
Desde Piura

No le cabe la sonrisa en la cara a Luciano Figueroa. Son horas felices para el delantero argentino del Cruz Azul mexicano, quien acaparó toda la atención tras haber anotado un doblete en la victoria que la Selección que dirige Marcelo Bielsa consiguió en el norte peruano en una nueva versión del clásico rioplatense ante Uruguay, esta vez en la Copa América.
Acepta con cierta timidez los flashes de las cámaras y se pone rojo cuando lo comparan con Claudio Caniggia por su cabello rubio o con algún modelo publicitario por sus rasgos suaves y sus ojos verdes. “Me siento simplemente un jugador más de Argentina. No estoy a la altura de Caniggia”, dice Figueroa, a quien también lo llaman Lucho como a Luis González, y enseguida aclara que no se considera “el salvador” del equipo que dirige Marcelo Bielsa al referirse a los dos tantos ante Uruguay. “Hablé con mi familia después del partido y todos estaban llorando de emoción por mi actuación.”
El hombre de los goles fundamentales en el Preolímpico de Chile que a comienzos de año clasificó a Argentina para Atenas 2004 ahora destila seguridad. Figueroa ha vivido el sueño, como él mismo admite, de “jugar en la Selección mayor” y de cumplir con su trabajo en su primer partido desde el minuto inicial: no perdonar en el área rival.
Ante Uruguay, Bielsa lo eligió en lugar de Javier Saviola y le dio confianza. “Javier estaba en un buen momento, pero no pudo entrar como titular contra Uruguay por una molestia en la pierna y yo traté de hacer las cosas para que no se note su ausencia”, aseguró Figueroa. Hubo disparos desviados, pero dos dieron en el blanco uruguayo y aseguraron la clasificación para los cuartos de final en Chiclayo, sin necesidad de tener que viajar al otro extremo de Perú para continuar el camino en el torneo.
“Siento que le respondí a Bielsa y a mis compañeros, porque sustituir a Saviola no era fácil. Busqué por arriba y por abajo, y por suerte se me dio el gol pese a que Uruguay se cerró defensivamente y nos propuso un juego muy áspero”, comentó.
En el hotel donde se hospeda la Selección Argentina, el cambio de roles era notorio: Figueroa estaba acosado por gran cantidad de periodistas, mientras que Saviola dialogaba apenas con un par. “Ahora él debe seguir jugando y cuando me necesiten voy a estar de vuelta a disposición del técnico”, aseguró el ex delantero de Central.
Bielsa decidió juntarlo por primera vez en la Selección con César Delgado, tras haber probado la fórmula en el Preolímpico. “Estoy muy cómodo cada vez que me toca entrar o jugar con Lucho, ya nos conocemos y sabemos lo que él puede hacer en el área. Pudo convertir y creo que tuve un buen partido también”, dijo a su vez Delgado, de 22 años.
Figueroa no duda cuando llega la hora de hablar del futuro de la Selección en la Copa América, al asegurar que “Argentina tiene nivel para vencer a cualquiera”, aunque lamentó que “a la Argentina se le meten muy atrás y encima tenemos la mala suerte de que nos meten goles increíbles”.
Andrés D’Alessandro realizó un balance positivo de la fase inicial de la Copa América. “Hicimos tres buenos encuentros y ahora se viene lo mejor y lo peor del campeonato, ya que el que gana sigue y el que pierde se va a su casa”, argumentó.
En relación con el partido del martes, afirmó: “Fue trabado y cortado, algo raro en Uruguay ya que tiene jugadores talentosos, aunque hay que destacar que no se metieron atrás como México, a pesar de tener un jugador menos –destacó–. No esperábamos hacer dos goles en dos minutos, ya que antes habíamos creado muchas situaciones de riesgo y no habíamos podido convertir”.