El seleccionado argentino de básquetbol jugó esta vez un último cuarto perfecto y le ganó merecidamente 84-74 a China, quedándose de esa manera con el tercer puesto y la medalla de bronce en el torneo Diamond Ball que se jugó en Belgrado. Serbia y Montenegro se quedó con el título al vencer 93-80 a Lituania, y Australia terminó quinto, al superar 76-70 a Angola.
A diferencia de lo que sucedió el lunes con los lituanos, el equipo no perdió la concentración en la parte final del encuentro y pudo asegurar el triunfo, que deja la esperanza de que se está en el buen camino, pese a que todavía al equipo le falta para alcanzar el rendimiento ideal que pretende el entrenador Rubén Magnano.
Fue una victoria sacrificada, que se concretó por la gran defensa de los últimos diez minutos, que sólo permitió anotar 8 tantos a los asiáticos, y porque en la ofensiva se trabajó con paciencia y se buscó definir con el jugador mejor ubicado.
Fue para destacar el aporte que trajeron desde el banco tanto Luis Scola –goleador con 16 tantos– como Carlos Delfino (14), más algunas apariciones de Emanuel Ginóbili.
No obstante, la preocupación se sostiene, porque cuando el equipo no tiene intensidad, sobre todo en defensa, no mantiene la concentración y no puede romper la defensa zonal del adversario, ocurre lo del tercer período que perdió por un concluyente 29-18.
A 12 días del debut en los Juegos Olímpicos, en ese lapso habrá tres amistosos, dos en el torneo de Madrid, donde debutará ante Lituania, y dentro de una semana un enfrentamiento con España A, que será el segundo rival en Atenas.
Argentina formó con Sánchez (4), Ginóbili (10), Nocioni (11), Oberto (10) y Wolkowyski (5). Luego ingresaron Montecchia (6), Herrmann (6), Delfino (14), Scola (16), G. Fernández y Gutiérrez (2). La progresión fue 21-25, 37-44, 66-62 y 84-74.