Brilló en el primer tiempo, reguló en el segundo y, aunque sufrió un poco sobre el final, ganó en forma merecida. Así podría resumirse el trámite de la victoria que Argentina obtuvo sobre Australia, que fue, sin dudas, el rival más exigente que enfrentó en la fase clasificatoria del torneo de fútbol de los Juegos. Con este triunfo, el equipo de Marcelo Bielsa redondeó una prometedora actuación en la primera etapa del certamen: terminó invicto, con 9 puntos, y sin goles en contra.
Como frente a Serbia y Montenegro y Túnez, Argentina salió a buscar el partido. Pero esta vez se encontró a un rival que intentó jugarle en igualdad de condiciones. Australia no se refugió en su campo, sino que intentó plantear el juego lo más lejos posible de su arco. Con esquema basado en una marca fuerte en la mitad de la cancha y una salida rápida, el conjunto oceánico trató de obstruir la acción de los jugadores más creativos del equipo de Bielsa; y lo logró en los primeros diez minutos de juego. El delantero John Aloisi tuvo, a los cuatro minutos, con un cabezazo, una chance clara para abrir el marcador.
Pero la técnica de los jugadores argentinos no tardó en imponerse para que el desarrollo del encuentro se volviera favorable a la Selección. En una brillante combinación que protagonizaron Luis González y Mauro Rosales, por derecha, el zaguero australiano Sherriff se llevó al pelota por delante y se la dejó servida a D’Alessandro que, en posición de centrodelantero, definió con la cara externa del pie izquierdo al palo del arquero Galekovic.
A partir de ese tanto, el partido se abrió para el conjunto albiceleste. Tevez y D’Alessandro se asociaron en varias ocasiones ante el desconcierto de una defensa australiana que no podía contenerlos. El volante de Boca tuvo al rato una enorme situación de gol: la pelota se fue apenas al lado del palo.
El equipo argentino manejaba la pelota de manera muy lucida y exhibía un amplio repertorio de variantes: llegaba por el medio, por los costados y también se animaba a probar de afuera. Pero el cansancio hace mella en el conjunto: a los 29 minutos, Bielsa reemplazó a Delgado por Burdisso y modificó el esquema táctico de sus dirigidos, que pasaron de un 3-3-1-3 a un 4-3-1-2. Heinze pasó como lateral izquierdo y la delantera quedó compuesta por Tevez y Rosales. A partir de entonces, Argentina sacó el pie del acelerador con la intención de preservar fuerzas de cara a los cuartos de final.
Por eso, en el complemento, comenzó a lateralizar el juego utilizando la posesión de la pelota como un recurso más defensivo que de generación de peligro sobre el campo adversario. El ingresado Mariano González fue, en este período, el jugador más desequilibrante de la selección. El ex delantero de Racing generó tres chances concretas para aumentar la ventaja pero no pudo concretarlas.
Consciente de que el rival ya no buscaba aumentar la ventaja, Australia arremetió en los minutos finales con el propósito de conseguir la igualdad. Sobre el cierre, el conjunto de Frank Farina estuvo cerca del empate sobre el final, y Lux lo evitó en dos ocasiones.
El rival de la Selección en cuartos de final se definirá hoy, pero si algo quedó en claro es que ningún otro equipo participante mostró tanto potencial y es tan candidato a ocupar el primer lugar del podio como el argentino.