Las tenistas Paola Suárez y Patricia Tarabini consiguieron la segunda medalla de bronce para la Argentina en los Juegos Olímpicos, al imponerse fácilmente en dos sets a las japonesas Shinobu Azagoe y Ai Sugiyama. La frustración que tuvieron ayer, tras perder un partido que tenían casi ganado con las chinas, se trastrocó en la gran felicidad que vivieron ayer, cuando ambas jugadores lograron un éxito emocionante. “Me enorgullece entrar en la historia a mis 36 años y representando a mi país”, indicó Tarabini, que calificó este logro como el más importante de su carrera. Esta medalla es la tercera que obtiene el tenis en los Juegos Olímpicos, ya que en 1998 Gabriela Sabatini logró la plata, mientras que Christian Miniussi y Javier Frana consiguieron el bronce en Barcelona ’92.
Luego de la increíble derrota del viernes ante las chinas, las argentinas no tenían demasiado ánimo para afrontar el encuentro. Para colmo, a Tarabini le robaron las zapatillas con las que debía jugar, por lo que el bajón se acentuó todavía más. Pero a partir de la actitud positiva de Suárez, el éxito empezó a tener fundamento. “La jornada empezó muy fea para mí, porque a la derrota de ayer sumé que me habían quitado las zapatillas con las que debía jugar. Todo estaba en mi contra y estaba tan deprimida que no sabía si sacar al campo de las rivales o tirar la bola directamente a la red”, aseguró Tarabini.
Pero en ese momento intervino su compañera Suárez, una ganadora nata que no estaba dispuesta a tirar por la borda una medalla olímpica a un partido de lograrla. “Me dio ánimo, me dijo que no había mucha gente que tuviera la oportunidad de ganar una medalla y eso me animó. Necesitaba alguien que me levantara la moral”, aseguró Tarabini. La otra pata de la pareja también dijo lo suyo, tanto que hasta se replanteó haber elegido el tenis como deporte. “Para mí los Juegos Olímpicos son algo especial. Representás a tu país, son cada cuatro años, es algo importante. Hablando con otros deportistas llegué a la conclusión de que el tenis es demasiado individualista, y que me hubiese gustado practicar un deporte de equipo”, señaló la pergaminense, que junto con la española Virginia Ruano Pascual conforma la mejor dupla del mundo.
Más allá de la alegría por la medalla, la emoción de Tarabini también tenía que ver con el enorme esfuerzo que realizó para regresar a la competición y participar en los Juegos Olímpicos, luego de casi dos años de haberse retirado. Incluso, en los primeros días de torneo afirmó que tuvo dolores musculares que la llevaron al llanto. “Ahora creo que mereció la pena, pero ayer, después de perder con las chinas, me decía para qué lo había hecho”, señaló la tandilense.
Durante el partido, Suárez y Tarabini demostraron su nivel y dominaron en casi todo el desarrollo a las japonesas, que cometieron muchos errores no forzados. De esa forma facilitaron el éxito de las argentinas, que mostraron mucho temple para cerrar el juego, que en el segundo parcial se había complicado bastante.