Después de 52 años, el básquetbol argentino es semifinalista de los Juegos Olímpicos, lo que logró ayer tras vencer 69-64 al equipo local, Grecia, ante unos 18 mil fanáticos griegos, que festejaban cuando su selección llegó a tener diez puntos de ventaja en el tercer cuarto. El conjunto de los Estados Unidos, que ayer venció 102-94 a España, espera hoy, a las 14, en la semifinal. Lituania, que venció 95-75 a China, e Italia, que superó 83-70 a Puerto Rico, jugarán el otro partido. En Helsinki 1952, el equipo que había sido campeón mundial dos años antes perdió la medalla de bronce ante Uruguay.
Emanuel Ginóbili, uno de los goleadores del equipo argentino, reconoció que, a pesar de que el equipo puso mucha garra y coraje, la victoria se consiguió “de milagro, porque en un momento parecía que el partido se nos iba. Pusimos mucho coraje, mucha agresividad, corrimos y los presionamos defensivamente, por eso creo que al final la victoria fue nuestra”, señaló el escolta bahiense.
“Es una alegría enorme la que sentimos todos por haber conseguido esta victoria que ha sido el fruto de todos los jugadores y del gran corazón que pusimos en el campo –reconoció Ginóbili–. A veces nos dejamos llevar un poco, especialmente en el tercer cuarto, por el ambiente de los espectadores, pero al final conseguimos nuestro objetivo.”
Ginóbili dijo que el reto de la semifinal contra Estados Unidos era el más importante e inmediato y que estaban preparados para afrontarlo con el convencimiento de que podían ganar el partido. “No vamos a descubrir la calidad y clase que tiene el Dream Team, lo confirmó contra España, pero nosotros también sabemos cómo jugar nuestro mejor baloncesto y vamos a ver lo que sucede.”
Si Ginóbili respondió a su condición ya normal y asumida de líder indiscutible del equipo, el gran factor sorpresa, que cambió la marcha del encuentro cuando en el tercer período estaban 11 puntos abajo, fue Walter Herrmann, que en todo el torneo había jugado sólo 11 minutos y frente a Grecia completó 17. “Estoy contento por la manera en que me salieron las cosas y porque pude contribuir al triunfo del equipo”, declaró Herrmann.
Rubén Magnano, el entrenador del equipo argentino, opinó que su equipo demostró “carácter” y un espíritu de lucha “único”. “Sabíamos lo difícil que era ganar a un equipo como el de Grecia, en su ambiente y con todo lo que significaba para ellos el triunfo, pero nosotros supimos reaccionar en el momento clave con un jugador reserva que hasta ahora no había tenido protagonismo”, comentó Magnano. “Nunca dimos el partido por perdido, aunque estuvimos 11 puntos abajo en el tercer cuarto.”
El entrenador elogió a Herrmann. “Walter nos dio una gran lección a todos los profesionales al demostrar lo importante que es estar preparado siempre para salir cuando te necesita el equipo y aprovechar la oportunidad haciendo bien las casas”, subrayó Magnano. “Fue la clave de lo que sucedió en la segunda mitad y que al final pudiésemos ganar el partido.”
Magnano agregó que, después de lo que vio hacer al equipo de los Estados Unidos frente a España, no dejó ninguna duda de que cada día están haciendo mejor las cosas. “Cuenta con todos los elementos para ser el equipo a batir pero, como es lógico, nosotros también aportaremos en el campo todo lo que llevamos dentro y veremos qué es lo que pasa”, señaló.