DEPORTES
› OPINION
Se los va a extrañar
› Por Diego Bonadeo
Cincuenta y dos años atrás, el rugby argentino tuvo un principio de muy tibia consideración internacional por parte de los organismos del deporte, excluyentemente angloparlantes –aunque los sudafricanos hablaran más “afrikaans” que inglés–, con la única excepción de Francia.
Es que en 1952, Pucará se convirtió en el primer equipo argentino en ganarle a un extracontinental cuando en Gimnasia y Esgrima sorprendió 11-6 al seleccionado irlandés de gira. De aquel equipo, con dos refuerzos –Enrique Fernández del Casal, de CUBA, reemplazó a Ricardo Frigerio como full-back, e Isidro Comas, de Hindú, a Ricardo Giles como medio apertura—, quizá lo más recordable, además del festejo final, haya sido el try bajo los palos de Alfredo Palma, después de un intento de drop que pegó en el poste.
Más de medio siglo después, y a una semana de uno de los mejores partidos de Los Pumas en los últimos tiempos con la victoria ante Francia en Marsella, justamente fue el seleccionado irlandés y con un drop sobre el final el que impidió otro resultado histórico en el estadio de Landsdowne Road, inexpugnable hasta ahora para los argentinos.
El sábado, en Vélez y frente a los Springoks sudafricanos, faltarán en la Selección Nacional demasiados de los que participaron en la minigira por Francia e Irlanda y serán, mayoritariamente, no profesionales quienes jugarán contra los superprofesionales visitantes. Es, al mismo tiempo, una lástima que no estén los mejores y una oportunidad para que se vayan fogueando los que asoman.
De todos modos, seguramente Agustín Pichot, que sí estará, entre otras cosas extrañará la fantástica multiplicidad de Mario Ledesma entre los forwards y la cada vez más clara comprensión del juego de Felipe Contepomi.