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› OTRO EQUIPO ROSARINO CAMPEON DEL FUTBOL ARGENTINO
Fue el turno de Tiro Federal
El 2004 parece haber sido el año del fútbol rosarino. A los títulos que obtuvieron Newell’s en Primera División y unos meses antes Argentino en la primera C, se sumó ahora el éxito de Tiro Federal, que tras golear ayer por 4-0 a Godoy Cruz en el Coloso del Parque Independencia, se quedó con el Torneo Apertura de la B Nacional. El equipo de Barrio Ludueña se aseguró así un lugar en la final de la categoría frente al ganador del Clausura 2005, donde se definirá el primer ascenso al fútbol grande, pero si repite la gesta en ese certamen ascenderá en forma directa. Los dirigidos de José María Bianco terminaron en el primer puesto con 36 unidades, dos por encima de Huracán, que igualó 1-1 con Talleres y cuatro sobre Nueva Chicago, que no logró vencer a Belgrano, en Córdoba, y se tuvo que conformar con un 0-0.
Con una contundente producción ofensiva, Tiro Federal logró minimizar las noticias que llegaban desde Parque Patricios y Córdoba, donde Huracán y Nueva Chicago jugaban sus chances de campeón. Pero la flojísima tarde de la defensa de Godoy Cruz facilitó el prematuro desenlace en una tarde que se presumía dramática por la diversidad de resultados posibles. Rubén Ramírez, goleador del Apertura con 12 tantos, abrió el camino a la consagración a los 10 minutos al tomar en el área un rebote. A través del toque corto y preciso en velocidad, el local desbordó cuantas veces se lo propuso a una estática defensa mendocina. Antes del descanso, una nueva combinación de la dupla de ataque del campeón puso a Ramírez frente a la chance de convertir el segundo, algo que el delantero no desperdició. En el complemento, Tiro Federal jugó con más soltura y profundizó las diferencias ante un deslucido rival. A los 4 minutos, el ganador logró el tercer gol. García recorrió en soledad los últimos 15 metros del campo con la pelota dominada y convirtió a centímetros de la línea de gol. Así, cuando todo era festejo, llegó el cuarto gol por medio del ingresado Saad, que pareció ser el corolario ideal de una soñada consagración que colocó en el umbral de la máxima categoría del fútbol argentino al conjunto rosarino. Para Huracán quedó toda la frustración por haber dilapidado una gran chance.