Luis Fernando Montoya, el entrenador colombiano que condujo a Once Caldas a la obtención de la última Libertadores, tras vencer en la final al Boca de Carlos Bianchi, se sumó a la larga lista de deportistas víctimas de la violencia en ese país. Tras recibir dos tiros en la nuca, al intentar evitar que dos delincuentes asaltaran a su mujer en la puerta de su casa, quedará cuadripléjico.
“El pronóstico neurológico es malo. Además, la lesión afectó los músculos de la respiración y depende de un respirador para poder oxigenar sus tejidos. Su estado de salud es crítico”, destacó el parte médico. Montoya, tras perder la Intercontinental en los penales ante el Porto, en Japón, se había alejado de la dirección del Once Caldas y tenía chances de dirigir a los Tigres de México o al Valladolid. “Que Dios perdone a los agresores”, manifestó la esposa de Montoya, Adriana María Herrera. El presidente del club de Manizales, Jairo Quintero, comprometió a su institución a pagar los estudios universitarios del hijo del entrenador, de tres años. Este año, en Cali, fue asesinado Albeiro Usuriaga; también se recuerda el asesinato del defensor Andrés Escobar, tras la eliminación de Colombia del Mundial 1994.