DEPORTES
› OPINION
De Benítez y Rivarola
› Por Diego Bonadeo
Pocos, por cierto muy pocos, incluso entre quienes presumen de hiperinformados, hubieran supuesto –no una década, un lustro, un año, un par de meses atrás, cuando Newell’s, Estudiantes, Vélez y River todavía peleaban la posibilidad de ganar el Apertura 2004– que antes de fin de temporada los reemplazos de Miguel Brindisi en Boca, de Ubaldo Fillol en Racing y de Daniel Bertoni en Independiente podrían ser –o serían– el Chino Benítez, Rivarola y Monzón.
Y el “podrían ser” (o el “serían”) va por Monzón que, a bastante poco de aparentemente ser confirmado, optó por aceptar una oferta de México.
Que Benítez y Rivarola, prácticamente sin antecedentes en Primera –salvo los pocos partidos que los planteles estuvieron a sus cargos en el torneo que terminó–, sean los casi seguros directores técnicos de Boca y Racing para el 2005, puede presuponer un sinceramiento de las dirigencias para esta realidad del fútbol argentino que no puede permitirse erogaciones disparatadas en la contratación de quienes dirigen, pero no juegan.
Aunque también se puede leer como una adscripción de esa misma dirigencia al utilitarismo contable, dadas las performances de fin de año de Racing, pero en especial de Boca al ganar la Copa Sudamericana, con Rivarola y Benítez, respectivamente, a cargo de los planteles.