DEPORTES
Segunda chance de Garay por el título de la OMB
Por el título de los mediopesados, en Hamburgo, el campeón argentino y sudamericano se medirá con el húngaro Zsolt Erdei, quien en 2004 lo derrotó por puntos y le quitó el invicto.
Por Daniel Guiñazú
Hugo Hernán Garay tendrá esta tarde su segunda oportunidad de consagrarse campeón de los mediopesados en la versión de la Organización Mundial de Boxeo. A partir de las 15.30 y con televisación en vivo para todo el país de TyC Sports, desde el Color Line Arena de Hamburgo, en Alemania, Garay volverá a enfrentarse ante el húngaro Zsolt Erdei, quien ya lo derrotara por puntos en fallo no unánime, quitándole su condición de invicto, el 9 de mayo del año pasado en Dortmund.
Las consideraciones que se hicieron en la previa del combate anterior también valen para éste. No es Erdei un rival inaccesible para Garay. Es más, el húngaro (quien llega con una serie de 21 triunfos consecutivos, 13 antes del límite y registró ayer un peso de 78,400 kg) aparece como el campeón más endeble de todos cuantos reinan en la división en este momento, y ha llegado hasta aquí, más por el poder y los manejos de su promotor y manager, el alemán Peter Kohl, que por su calidad como boxeador. No mostró grandes virtudes Erdei en la primera edición del pleito. Y su triunfo resultó tan estrecho y discutible que la OMB decidió aprobar el desquite que Osvaldo Rivero, el manager de Garay, gestionó con firmeza en la convención que la entidad realizó el año pasado en el estado de la Florida, en Estados Unidos.
Aquella vez, Garay pudo haber ganado si hubiera mostrado más convicción de victoria en los rounds finales. Como no lo hizo, dejó un margen para que los jurados reconocieran ventajas a favor de Erdei y de su boxeo largo y conservador en el que su izquierda recta y su derecha lanzada de contragolpe son lo mejor. Si hoy quiere alzarse con el título, Garay, que subirá con un peso de 79,300 kg, deberá mostrar todo aquello que no mostró aquella vez: presencia, velocidad y vigor desde el campanazo inicial para llevárselo al húngaro por delante y no dejar ninguna duda.
No es el argentino un pegador explosivo (de sus 23 victorias, sólo 12 fueron por fuera de combate), aunque venció categóricamente en dos de sus últimas tres salidas al neuquino Néstor Casanova y al colombiano Félix Hernández. Además, su discontinuidad suele jugarle malas pasadas y su mandíbula no ofrece garantías de solidez. De todos modos, deberá hacer el esfuerzo por superarse: como en la primera pelea, Erdei llevará las de ganar con sólo terminar de pie en un trámite parejo. Y una nueva frustración alejará a Garay de un primer plano al que ha arribado más por la mediocridad generalizada en la categoría, que por sus auténticos méritos deportivos.