Por F. M.

El estruendoso “Dale Bo, dale Bo” que bajaba de las colmadas tribunas de la Bombonera lo decía todo. La entrega del equipo en el campo de juego, tanto como el resultado final, colmaron la expectativa de los hinchas, que el domingo habían puesto en el freezer el disgusto por la derrota ante Vélez a causa de la fiesta del Centenario, pero que anoche estaban dispuestos a volver a tomarle el examen al once boquense. El examen, en todo caso, fue ampliamente aprobado. Boca dominó el partido a voluntad, lo aceleró desde el comienzo, lo enfrió cuando quiso tomarse un respiro, lo liquidó en apenas cinco minutos. El Pachuca mexicano fue, apenas, un pasajero en la tormenta. Fue 4-0, la goleada que había pronosticado Diego Marado-na (que vivió el triunfo desde su palco a la espera de más novedades en Boca, ver aparte) y sirve tanto para despejar algunos nubarrones como para, de paso, reavivar las ilusiones de clasificación a la segunda fase de la Copa Libertadores.
Los que siguieron el partido descubrieron de entrada un Boca arrollador, vehemente, que en siete minutos supo concretar tres situaciones claras de gol. Los mexicanos, sorprendidos en su ingenuidad, no atinaban a agarrarse de ninguna tabla salvadora, mientras llovían los pelotazos sobre el área de Calero. Literalmente: Boca lo castigó a pelotazos al Pachuca.
Se tomó un respiro, allá cerca de la media hora. Y del respiro sacó las dos manos de nocaut, los dos goles en cuatro minutos que sellaron la suerte de un partido que, si tenía claro dominador en el desarrollo, precisaba una certificación de red para inclinarse.
Primero fue una habilitación precisa de Guglielminpietro (junto con el pibe Gago, lo mejor de anoche de un conjunto con buenas respuestas individuales) para Cagna, que la esperó y la cabeceó por arriba de la salida de Calero. Enseguida nomás, otro pelotazo en profundidad para Vargas, la salida precipitada del golero colombiano, el rebote y el remate imparable de Guglielminpietro para decretar el 2-0 que le ponía techo a las ambiciones de Pachuca, que nunca tuvo espacio, y mucho menos la pelota, como para generar peligro.
Trejo puso a Nelson Cuevas en el segundo tiempo, pero el ex River no gravitó, y Boca continuó ejerciendo su superioridad, plasmada finalmente con una palomita de Palacio a quince minutos del final y el toque de Baiano para el 4-0.
Con este resultado, quedó como líder del Grupo 8 de la Copa, con 7 puntos en cuatro presentaciones, dejando en el segundo lugar al Sporting Cristal (su próximo rival, el 27 de este mes) con 6 puntos y tres partidos, y al Pachuca, que suma también 6 unidades pero ya jugó cuatro encuentros. Cierra la tabla, casi sin chances, el Deportivo Cuenca, con apenas un punto.