La derrota de Boca ante Argentinos no fue una caída más. Además de dejarlo afuera de la pelea por el Clausura, según lo admitió el propio entrenador tras el partido, también estuvo a punto de provocar la salida de su cargo de Jorge Benítez. Luego de los rumores que circularon por la mañana de una hipotética renuncia, el técnico reconoció ayer que el domingo a la noche estuvo a punto de dar un paso al costado pero que entre sus colaboradores y su familia lo convencieron para que siguiera.
“Fue un momento de mucha bronca el que tuve. Estaba mal por la derrota, porque perdimos muchos puntos importantes, por las distracciones. Por eso pensé en irme”, afirmó el entrenador, que aseguró sentirse “muy apenado” por situación que atraviesa el equipo. “Por ahora no renuncié, aunque cuando llegué a mi casa tenía ganas de tirar todos los platos para arriba, tenía mucha bronca, traté de ordenar mis ideas y ahora estoy más tranquilo”, confesó el técnico, que a partir de una charla con sus ayudantes y luego con su familia reflexionó y decidió no renunciar.
Benítez consideró que su afirmación de que Boca ya no tenía chances de pelear el Clausura fue muy apresurada y fruto de un momento de calentura.
“Dije que me retiraba del campeonato porque me puse loco. Fui muy drástico, pero ya está. Quizás me apresuré un poco al decir eso, pero fue un momento de mucha rabia el que tuve”, admitió ya más tranquilo el entrenador boquense.
Las dos cuestiones que más inquieto mantienen al ex volante son los problemas defensivos y la reclamada contratación de un enganche. “Me quedé muy preocupado por el tema de la defensa. Prácticamente no pude dormir, pero ahora vamos a trabajar fuerte para solucionarlo”, expresó Benítez, que volvió a pedir la llegada de un volante ofensivo. “Se los dije a los dirigentes, porque a veces con el Guly sólo no se puede, por lo tanto hay que reforzar ese sector”, reiteró.