DEPORTES
› LOS CLUBES GRANDES LOS SACAN DE LAS INFERIORES
Se busca técnico fatto in casa
Es una tendencia creciente y, curiosamente, la practican los cinco clubes grandes del fútbol argentino. Más dóciles, más baratos.
› Por Facundo Martínez
Las caídas, renuncias, alejamientos intempestivos de sus cargos de varios entrenadores de renombre, en los últimos meses, han acentuado una estrategia en los clubes que, potenciada en la actualidad porque se da en los cinco clubes más grandes, parece querer marcar una tendencia: cada vez más los dirigentes se inclinan por elegir sustitutos entre técnicos de carrera hecha en las divisiones inferiores o, como sucede en River, con ex jugadores que dan sus primeros pasos en la materia. Si se les suman los casos de los dos equipos rosarinos, el 35 por ciento de los equipos de Primera es dirigido por este tipo de entrenadores, con sueldos y exigencias sensiblemente menores a los de renombre, la base de un movimiento capaz de transformar los parámetros vigentes.
Fue River el que inició esta tendencia, cuando optó por darles oportunidades a Daniel Passarella, Américo Gallego y Ramón Díaz, ex jugadores que se calzaron, exitosamente, el buzo. Tras un breve interregno en el que dirigió el chileno Manuel Pellegrini, quien consiguió el Clausura ’03, los dirigentes volvieron a la senda del fatto in casa y promovieron a Leonardo Astrada, en dupla con Hernán Díaz, dos jugadores identificados con el club, que ya ganaron como técnicos el Clausura ’04. Boca, tras la inesperada renuncia de Carlos Bianchi, apostó a otro entrenador de renombre, Miguel Brindisi, que no tuvo la fuerza suficiente para contener el descontento por los malos resultados y terminó renunciando abruptamente, luego de perder su primer superclásico. Para apagar el incendio, con el equipo todavía en carrera en la Sudamericana, los dirigentes optaron por el interinato de Jorge Benítez. El título confirmó a Benítez en el cargo.
El mismo camino siguieron los grandes de Avellaneda. En Racing, después de una trayectoria que fue de mal en peor, con Ardiles, Cappa y Fillol, el gerenciador, Fernando Marín, no encontró respuestas en la experiencia y, en la urgencia, terminó eligiendo como reemplazante del ex arquero a Guillermo Rivarola, que venía trabajando en inferiores y asumió como interino, para –al igual que Benítez– quedarse con el puesto, con la chance –hoy– de obtener el título y una extensión de su contrato.
Independiente, en medio de una crisis institucional, había apostado fuerte por César Luis Menotti, que terminó renunciando ante la falta de resultados. En un contexto eleccionario, el club prefirió promover a Miguel Angel Santoro, entrenador de arqueros de la primera, quien también colaboraba en inferiores, para ocupar el cargo en forma interina.
Similar es el caso de San Lorenzo, que tras la renuncia de Héctor Veira, sin chances en el Clausura y afuera de la Copa Libertadores, optó, como reemplazante, por un entrenador de divisiones menores, Gabriel Rodríguez, quien ya había dado una mano en Primera con las salidas de Rubén Insua y Néstor Gorosito. Rodríguez continuaría hasta que aparezca un candidato, aunque no habría que descartar que finalmente sea confirmado en el cargo.
En Newell’s, sin reemplazante para el entrenador campeón, Américo Gallego, se ascendió a Arsenio Ribeca; Central tuvo que “bajar” a buscar a Angel Zof, que ya estaba casi retirado en inferiores, y con él dirige Ariel Cuffaro Russo, otro promovido desde las divisiones menores.
No es ajena a este asunto la Asociación del Fútbol Argentino: luego de la inesperada renuncia de Marcelo Bielsa, el presidente de la entidad, Julio Grondona, prefirió optar para el cargo por José Pekerman, otro que construyó carrera, y con probado éxito, en los juveniles. La Selección es el primer equipo de mayores que conduce.